lunes, 12 septiembre
Subimos Val de Fassa... amanece y las nubes dejan ver los picos dolomitas
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Ya desde la carretera se divisa imponente y majestuoso el Pico de Muncion entre nubes
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Ascendemos con paso lento pero firme. Carmen camina...
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Refugio Gardeccia. Al fin llegamos y nos disponemos a caminar por senderos alpinos... de verdad
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Comienza la subida al refugio Vaiolet... pero tranquilos que no es alpinismo de escalada lo que tenemos que hacer sino... |
... senderismo. No es una pose. La subida es dura, sobre todo para quien vive a seis metros sobre el nivel del mar |
Pero todo pasa, también la fatiga y la dicha de estar caminando me convence de ser un auténtico privilegiado |
Los paisajes que se divisan hacen elevarse el espíritu y preguntarme Quién creó esta maravilla. Nuestra obligación es cuidar este maravilloso mundo y legarlo, al menos así |
Refugio Vaiolet. Más de 2.200 m de altitud. Dario me regala unos folletos con el verdadero sello del CAI, nada de sellito para guiris, no, el verdadero, que guardaré como oro en paño. Gracias, amigo |
Estoy algo cansado de la subida pero no puedo dejar pasar la oportunidad de caminar algo más y asomarme a los precipicios sobre el valle |
De nuevo, bajando y tomando un descanso en las verdes praderas. Limpeza y aire puro en este paraíso... |
Las dos parejas, amigas para siempre, sobre la tierra mítica del Trentino. Italia norte-norte con Andalucía sur-sur |
Por la noche, Moena, capital del Val di Fassa en un hermoso hotel de montaña. Finaliza uno de los más hermosos días que jamás haya vivido en ninguno de mis viajes, de verdad.
Mañana, fin |
4 comentarios:
Sin duda, un gran viaje. Las fotos espectaculares y a ti te veo quemaillo en la subida ¡¡¡ ja ja ja.
Espero impaciente más...
Beni
un viaje espléndido, espectacular, amable, didáctico, amistoso, sentimental. Un viaje inolvidable, impresionante. De verdad.
Si, "quemaíllo". Del bombeo del corazón trabajando a marchas forzadas impulsando la sangre alterada por tantas emociones y amistad, aparte de la altitud.
Ya queda poco. El viaje fue de cuatro etapas, y hoy acaba... por ahora.
Un beso, Beni
Por eso soy tan feliz cuándo estoy en la montaña, me siento libre, me siento oxigenada, me siento viva y cuanto más ando más quiero andar y ver todo aquello que me rodea.
Te entiendo cuando dices que eres un priviligiado por poder caminar y a aso te digo que también lo eres por poder ver esa maravilla y sentir la naturaleza tan cerca y saberla apreciar.
Hasta pronto!
Anónimo
pues me gustaría hacer una etapa contigo de senderismo, y a la tarde, después de un descanso reparador, tomar una copa de vino sentados en el hall de un hotel alpino... y charlar...
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