Ayer fué impuesto el Perejil de plata a
Doña. Carmen Hernández Pinzón, sobrina, y representante de los herederos, de Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura 1956.
Doña. Carmen Hernández Pinzón, sobrina, y representante de los herederos, de Juan Ramón Jiménez, Premio Nobel de Literatura 1956.
En paralelo fue inaugurada una exposición dedicada a D. Francisco Hernández Pinzón -padre de la homenajeada-, para mostrar la relación de D. Francisco con el matrimonio Juan Ramón y Zenobia, durante los últimos años del matrimonio.
Que quién fue la encargada de montar dicha exposición...? Pues sí: mi hija Rocío, quien sin ayuda de nadie -eso sí, en la Fundación JRJ donde trabaja -afrontó la responsabilidad de organizarla con el material que recopiló solita con autorización de los Herederos.
En la Casa Museo Juan Ramón, en Moguer, cualquiera la puede visitar (la Exposición Mi tío Juan, el poeta de Moguer... ¡¡¡y a Rocío!!!).
Así pues, aquí os presento, una vez más, a mi hija.
Que sí, que ya sé, que hago alarde de mi hija... que no lo puedo remediar, que es una tía luchadora, y que merece toda la admiración... y que se me cae la baba, coño!
ROCÍO BEJARANO ÁLVAREZ, juanramoniana.
ROCÍO BEJARANO ÁLVAREZ, juanramoniana.
Jope, vas a hacer que me emocione!!!
ResponderEliminarEstoy orgullosa de que mis padres lo estén de mi... es lo que me da fuerzas! Su apoyo es fundamental...
Gracias por la entrada, papá, e invito a tod@s a que visiten la exposición!
Rocío Bejarano Álvarez
Suerte Rocío!!!
ResponderEliminarAnda que no es guapa ni na!!Como no se te va a caer la baba,Jose.
Me gustaría ir ,preo no puedo.
Un beso para los dos.Laura
Rocío, a ver cuándo abres un blog sobre JRJ e incluyes entradas interesantes.
ResponderEliminarLaura, una visita obligada es visitar la Casa Museo de Juan Ramón, en Moguer.
ResponderEliminarEs interesantísima y las guias lo muestran todo sobre el Nobel. Rocío también está dispuesta para mostrarla.
Ay, los hijos..que haríamos sin ellos..
ResponderEliminarNo se porque no me llegan tus entradas, a pesar de que te tengo entre los blogs que sigo ..
Que guapa es Rocío...Cuando visite Huelva el museo estará entre mis visitas.Besos.
ResponderEliminaramigo mio, tienes todo el derecho y motivos para esos alardes paternos.
ResponderEliminarun brazo
César, los hijos dan muchas satisfacciones. Hay excepciones, claro...
ResponderEliminarA mi tampoco me llegan las actualizaciones. No sé cómo se hace, pero yo visito a tod@s mis amigos de vez en cuando. Gracias por tu visita.
Nazaríes, cuando visites Huelva, no te pierdas este museo, que debería ser visita obligatoria para todos los estudiantes. Rocío estará encantada de mostrarlo aunque existan sus guías.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro, es que hay veces que no se puede disimular el orgullo paterno. Hay que aprovechar las oportunidades.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Hola José Antonio.
ResponderEliminarPrimero mis disculpas por la ausencia prolongada.
Me di unos meses de descanso y los aproveché trabajando... jejeje.
Una sorpresa lo de tu hija. Enhorabuena. Haces bien en sentirte orgulloso. Suerte para ella y tú que lo veas y te enorgullezcas aún más.
¡Cómo somos los padres! Disfrutamos de los logros de nuestros hijos incluso más que si fueran éxitos propios.
La otra cara de la moneda es que también sentimos su sufrimiento y su fracaso con intenso dolor.
Bueno, un beso para ti. Pasaba por aquí y entré a dártelo.
Adelaida, gracias por pasarte por mi blog. Los hijos dan muchas satisfacciones y hay que aprovechar para darlo a conocer.
ResponderEliminarMe pasaré por tu blog y te leeré, y espero que no nos hagas esperar tanto...
Es que Rocío vale un potosí, Jóse; no me extraña que te sientas tan orgulloso, seguro que es recíproco, jeje.
ResponderEliminarInteresante exposición, trabajar para y en pro de la cultura debe ser muy gratificante, aunque no dudo todo el esfuerzo que habrá que desplegar.
Muchos besos.
Es que entre Rocío y yo existe "química" jejejjej
ResponderEliminarAhora en serio, tiene una grata tarea centrada en la figura de Juan Ramón.
Cuando nos visites has de ir a la Casa del Nobel y te lo explicarán en exclusiva: yo me encargo!