28.3.14

De Tarifa al Cabo Norte en bicicleta

El quince de marzo de 2013 encontré casualmente a un ciclista ascendiendo trabajosamente una subida hasta Huelva. Brevemente me explicó cuál era su plan (pedalear en soledad durante cinco meses uniendo el Sur más sur y el Norte más norte de Europa) y enseguida me di cuenta de que estaba delante de un joven con una pizca de aventurero, otra de locura, otra de inteligencia y valor. Y mucha, de corazón. Y de juventud. Desde aquel día le seguí sabiendo ( y dejé constancia aquel mismo día) estar seguro de que llegaría con total seguridad. No me equivoqué. Lo seguí desde su paso por las luminosas marismas del río Odiel hasta las costas brumosas de los mares del norte.  Quise conocer un poco más a fondo sus vicisitudes y le hice unas preguntas. He aquí sus respuestas en exclusiva y especialmente para nosotros.
Entrevista a Erwin Steiner para 


CUANDO NOS CONOCIMOS

EL CABO NORTE (Noruega)


Erwin ¿de dónde eres y qué estudias?  
Soy italiano de Turín, ciudad en la que vivo y donde estudio Psicología.           
¿Qué razones te movieron para  realizar un viaje así?
He deseado siempre, y sobre todo sentido la necesidad, de realizar un largo viaje. Desde cuando comencé a hacer cortos viajes de forma independiente con mis amigos he sabido que tarde o temprano debería partir seriamente no solo para pasar vacaciones fuera de mi casa. Por motivos que todavía busco comprender sentía la necesidad irrefrenable de salir de donde vivía. El problema no era la ciudad o las personas sino  la rutina en la que estaba inmerso. No alcanzaba a comprender el valor de lo que hacía o el porqué estaba incomodo donde estaba. Esta inquietud, este deseo de comprender mejor mis necesidades, alejaron mis temores para partir.
 ¿Necesitaste ayuda o asesoramiento para planificar el viaje?
Había hecho dos pequeños viajes en bici antes: uno con mi padre cuando era niño, durante cinco días entorno al lago de Ginebra, en Suiza, y otro con los amigos desde Bruselas a Hamburgo pasando por Amsterdam. Estas experiencias me proporcionaron una base técnica a la cual añadí las lecturas y todos los consejos que recibí de familiares y amigos.
La ayuda que pedí, sobre todo, fue económica, pero rechacé la de mis padres justamente por el deseo de emanciparme de ellos que ya me habían ayudado mucho y que aún continúan haciéndolo.
 ¿Pasaste momentos difíciles?
Los dos primeros meses de viaje llovió mucho e hizo frío. Fue difícil soportar todo a la vez, la soledad, la lluvia, el viento y la inseguridad de encontrar un lugar cálido donde dormir y pasar la noche. Afortunadamente no me sucedió nada serio y todas las dificultades que encontré formaban parte del viaje, que en cuanto tal deseaba. Los momentos incómodos han sido los que me han hecho crecer y madurar en la vida y a menudo busco voluntariamente.
 Aparte del idioma ¿qué barreras existen y cuáles diferencias hay entre un europeo de España y otro de Noruega?
Las diferencias existen y están muy arraigadas en la cultura de cada pais. Aunque somos todos europeos me ha chocado bastante encontrar tanta diferencia entre países vecinos. La frontera, al sur y al norte, entre España y Portugal, es sorprendentemente real.

Me resulta difícil de creer que a un lado y a otro de un simple cartel las personas pueden ser tan distintas. No tiene sentido establecer diferencias entre un noruego y un español porque las diferencias son ya palpables en el interior del mismo país. En todo caso pienso que en los países escandinavos hay mayor conciencia de individualidad. A diferencia del sur donde todo es caótico, en el norte encontré una gran silencio (quietud) en las personas como en el territorio.
“El sol de España, el viento de Portugal, la cultura de Francia, el tipismo de Bélgica, el centro de Europa en Alemania, los colores de Dinamarca, los renos y el frio de Finlandia y Noruega” eran tus aspiraciones ¿Has encontrado todo ello así?

Sí, así ha sido, aparte de Finlandia y Noruega. En estos dos países esperaba encontrar más frío y si embargo transcurrieron las jornadas más calurosas del viaje. Finlandia me permitió estar en mangas cortas, bañarme muchas veces en sus numerosos lagos y dormir donde me apetecía sin preocuparme de nada. Ahora escribiría: “Entre los bosques finlandeses y por el magnífico territorio noruego”.

¿Estuviste en algún momento con deseos de abandonar el viaje?

 ¡Nunca! El viaje fue para mí como respirar, no habría podido nunca abandonar. No tenía necesidad. De vez en cuando sentía la necesidad de ralentizar, cuando mi respiración era demasiado agitada, y de detenerme en algunos lugares durante algunos días y centrarme.

Para la estadística, ¿cuánto tiempo duró el viaje, cuántos kilómetros, países recorridos, etc?
Viajé durante 153 días, de los cuales 138 en bici y 15 en autostop. 11.000 km, de los cuales 7.562 pedaleando y el resto caminando y en ferries.
He atravesado diez países, he pinchando diez veces, cambiando tres cubiertas, una cadena, dos ruedas y un radio. He tomado más de veinte ferries, tres trenes y un autobús.
Erwin Steiner con el entrevistador
España, Portugal, Francia, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Finlandia (¿porqué cambiaste de Suecia a Finlandia?), Noruega… ¿dónde vivirías sin dudar y dónde no vivirías?
Inicialmente quería recorrer toda la costa este de Suecia hasta el Cabo Norte, pero después de haber llegado hasta Estocolmo, cambié de planes repentinamente. Mi camino me habría llevado atravesando las islas Aland para después pedalear por toda Finlandia. Hice esa elección para evitar un relieve abrupto lleno de subidas y bajadas, y evitar el flujo de vehículos a motor que recorren la costa sueca, y saborear mejor un nuevo pais.
Me di cuenta de cómo son los finlandeses, con una cultura característica, única en su genero. Finlandia es un bellísimo país y aunque los finlandeses son un poco fríos, poseen un calor humano particular, muy tranquilo y sereno. Noruega es seguramente el más desarrollado pero de precios muy altos y de gente muy europea.
No hay lugar en el que, en particular, no quisiera vivir pues en el lugar en el que te encuentres lo puedes adaptar a través de tus relaciones con los demás. Solo Alemania me agobia un poco.
 ¿Qué opinas del Camino de Santiago, de Andalucía, de España en general?
El Camino de Santiago es espectacular, el trayecto es espléndido y variado. En 800 km. se pasa de las montañas a las llanuras a través de colinas llenas de viñedos. Me ha impresionado mucho la fraternidad y el espíritu que tiene los peregrinos, ya sean creyentes o los que lo hacen como ocio. El trayecto está adaptado a todos y concilia todas las exigencias. Fue una bonita experiencia de convivencia.
Andalucía es muy hermosa y animada aunque por desgracia no he podido gozarla demasiado porque era el inicio del viaje y quería andar y andar. Llovió continuamente y siendo el inicio del viaje estaba pleno de sentimientos que colmaban mi cabeza y mi cuerpo. Conocí a dos personas que me ayudaron muchísimo así como durante el viaje. La gente en España es muy abierta y feliz, ama estar con la gente…
En Coria del Río, un grupo de señores que estaban en un bar me pararon para invitarme a beber y estuve toda la tarde con ellos, al día siguiente me invitaron a comer. ¡Me trataron como a un amigo de toda la vida!
Describe los paisajes de la Punta de Tarifa y del Cabo Norte. ¿Cuál te gustó o impresionó más?
Me impresionó mucho descubrir que Punta Tarifa es una zona militar prohibido el paso, que es justo el punto más al sur! Quedé gratamente sorprendido viendo las montañas de Marruecos tan cerca.
De Cabo Norte es impresionante el paisaje vastísimo. En el trayecto final hay una sola carretera en mitad de la nada. Ni un árbol, o una planta, ni un edificio… solo una carretera que pasa por este inmenso espacio con algunos renos y acantilados que se asoman al mar.
El Cabo Norte, si se aleja uno del punto turístico, puede ser absorbido por la sensación de inmensidad de aquel lugar. El viento sopla con fuerza arrastrando todo lo que no debe quedar en aquel lugar.
¿Qué de positivo y qué de negativo has extraído de tu experiencia?
Cada día de viaje fue positivo. Estoy convencido de que todas las experiencias negativas que uno experimenta viajando, son en realidad positivas, muy constructivas. Si el viaje fuese solo bonito sin incomodidad, sería unas vacaciones, pero sin malas experiencias, sin dificultades, no hay crecimiento.
 ¿Qué papel han jugado las redes sociales en tu experiencia?
Qué consejo darías a alguien con el mismo deseo de realizar el mismo viaje?
Las redes sociales me han permitido mantener contacto con mis amigos, mi familia y mi chica. En un viaje así, son muy útiles en caso de emergencia.
El único consejo que puedo dar es ¡Hazlo! Parece banal pero si uno siente una necesidad debería hacer todo lo posible por satisfacerla. No es necesario tener una superbicicleta, o mucho dinero u otras cosas. El solo deseo de aventura será suficiente para superar cualquier dificultad. Si uno se lamenta de las opciones en el viaje o le disgusta la idea de tener problemas, significa que su deseo no es real, que no está tan arraigado como cree.
Por último ¿tienes nuevos proyectos?
Por los bosques de FINLANDIA
Querría terminar los estudios de Psicología que había iniciado el pasado curso. El próximo año tal vez iré como becario Erasmus a Lisboa y después de mi licenciatura querría hacer un viaje en moto por Asia o el mundo. Las puertas están abiertas a mil nuevas experiencias. Esperaré a ver cómo pasan los días y cómo evolucionan mis necesidades.

13.2.14

El hombre que (sí) existió. Dos veces.

Esta mañana pasé por el cementerio municipal de La Soledad, de Huelva. Entré y visité el nicho donde reposan los restos de mis tíos. Allí permanecí unos minutos, recordando, pues es bueno recordar, sin anclarse, pero es bueno recordar... nunca olvidar.
Pero a lo que iba...

A lo lejos, tras las filas y cuarteles de tumbas y nichos divisé un gran ciprés que se mecía al cálido ir y venir del viento de la marea. No pude resistir la tentación y me dirigí hacia allá.
Es una tumba como cualquier otra, normalita y sus inscripciones incluso se están desgastando por efecto del tiempo, aunque mucho me temo que es presa de otro mal mayor: el olvido... Y yo no quiero olvidar. ¿La historia? he aquí mi humilde versión:
William Martin
Nacido el 28 de marzo 1907
Fallecido el 24 abril 1943
Querido hijo de John
Glyndwyr Martin
y de la difunta Antonia Martin, de
Cardiff, Gales
Dulce et decorum est pro patria mori
[Dulce y honorable es morir por la patria]
R.I.P.
Glyndwr Michael
sirvió como Comandante
William Martin, RM [The Royal Marines]
Sin ánimo de meterme a historiador, con esta entrada quiero rendir un homenaje, no solo a William Martin (el hombre que nunca existió), que fue el cebo perfecto para engañar a todo el régimen nazi sobre los planes aliados en la II Guerra mundial, y cuya identidad fue perfectamente planeada y llevada a cabo por los servicios secretos británicos, sino que mi homenaje va al hombre que sí, existió, y cuya verdadera identidad fue la de Glyndwr Michael, un pobre indigente de las calles y bajos fondos de Londres y que falleció de pulmonía, en 1943. Desde una de las morgues londinenses, yacente en una fría losa, pasó a convertirse, por medio de una ficticia identidad, en William Martin, comandante de los marines de la Royal Navy, a quien se le depositó en sus bolsillos y cartera, unos documentos en donde se daba cuenta del futuro desembarco aliado al sur de Europa. Vestido con el uniforme correspondiente, un billete de metro con la fecha adecuada y una cartilla de identificación. El desventurado Glyndwr Michael, fue arrojado por la cubierta de un submarino británico frente a las costas de Punta Umbría. 


Luego, ya se sabe por la documentación literaria y cinematográfica: 30 abril 1943, pescador que lo descubre, aviso a la guardia civil, forense que vio extrañado los pulmones vacíos de agua, aviso al consulado alemán, documentación revisada y comprobada… y Hitler que moviliza las tropas hacia la costas del Mediterráneo, lugar del "desembarco", mientras por el norte, los aliados se preparaban para desembarcar en las frías aguas del Canal de la Mancha. El engaño había surtido efecto, y Glyndwr Michael, indigente de Londres, convertido en William Martin, hizo, con su gesto (claro, involuntario) que el curso de la guerra, así pues de la Historia de Europa y del mundo, variase.
Desde entonces, tal como aparece en las fotografías que he realizado esta misma mañana, Glyndwr Michael reposa –dicen- en esta humilde tumba del cementerio católico de Huelva. Mi opinión es que este monumento figurase en algún lugar más emblemático de Europa, o bien que permaneciera en este mismo lugar, pero dándole la importancia tan grande que tuvo en el devenir de la Humanidad. Ayudó, nada más y nada menos, en engañar a aquel régimen de horror, y a variar el curso de la guerra.
Honor a  Glyndwr Michael, reconvertido en un ¿inexistente? William Martin, héroe(s).


©Jose A. Bejarano