25.11.10

Ruffo se ha ido ;-(

Ruffo (1994-2010)
Muy jodido estoy, de verdad: 
Ruffo, nuestro gato, haciéndonos compañía durante 16 años, se ha dormido para siempre.
Dieciseis años rifándonoslo para sentirlo encima de nuestras piernas, de notar su ronroneo feliz, se ha quedado dormido para siempre, sin hacer ruido, sin una queja, sin estorbar.
Ruffo, nuestro fiel amigo compañero...

10.11.10

Revista Corumbel, La Palma del Condado (Huelva)

El año pasado me solicitaron una foto.
(  http://joseanbejarano.blogspot.com/2009/10/huelva-cementerio-ingles-y-ii.html  )
Hoy recibo orgulloso la revista donde cuentan cómo ocurrió.
Gracias a la Redacción de la revista Corumbel por incluirme en ella... 
y mi foto también!!!
Estoy orgulloso de haber contribuido con mi pequeña aportación al enriquecimiento de la Historia de esa hermosa ciudad, La Palma, capital del Condado de Huelva.
Gracias, amigos!!!
CORUMBEL
Orgulloso me siento...!!!
¡Gracias!

7.11.10

L I B E R T A D para Aung San Suu Kyi

                  LIBERTAD para
                 Aung San Suu Kyi
Nacida en Rangún, el 19 de junio de 1945, es hija de Aung San, héroe nacional que firmó en 1947 el tratado de independencia con el Gobierno británico antes de ser asesinado. Tras diplomarse en Oxford, trabajar en la Secretaría de las Naciones Unidas y ser profesora en la India, Aung San Suu Kyi regresó a Birmania en 1988 y participó en el "segundo combate en pro de la independencia nacional". Este combate se inspiró en el ejemplo pacífico de Gandhi y en su fe budista, que le llevó a propugnar una "revolución del espíritu que se manifiesta mediante el reconocimiento de la necesidad del diálogo y la compasión por los más humildes". A pesar de estar arraigada en la tradición birmana, supo evitar las manipulaciones nacionalistas basando su lucha en "los principios sagrados de la moral", insistiendo en la necesidad de reconciliar a las etnias de su país, profundamente divididas.

En 1989 fue sometida a arresto domiciliario en Rangún. Asumió la dirección de la Liga Nacional para la Democracia, que ganó las elecciones en 1990 por mayoría aplastante. Como las autoridades militares se negaron a tener en cuenta este resultado, su partido no pudo formar un gobierno civil. Aung San Suu Kyi, sujeta a estrecha vigilancia, prefirió permanecer al lado de su pueblo dando testimonio de su fe en "la idea del bien y de lo justo".

Recibió sucesivamente el Premio Thorolf Rafto de defensa de los derechos humanos y el Premio Sájarov de libertad de pensamiento.

Reconocida como prisionera de conciencia por Amnistía Internacional, su propósito de que el drama birmano no cayera en el olvido fue recompensado el 14 de octubre de 1991 con el Premio Nobel de la Paz gracias al cual dio a conocer su combate al mundo entero rechazando el exilio que se le proponía a cambio de su silencio.
Suu Kyi, de 65 años, lleva casi 15 de los últimos 21 años bajo arresto domiciliario por pedir reformas democráticas de manera pacífica.
 De ABC hemeroteca

4.11.10

Un hombre nuevo ©JABejarano


Salí a la calle como un hombre nuevo. Por fin podría dejar de considerarme el hazmerreír de los demás o, como tantas veces, el blanco de las criticas de los compañeros de trabajo, de incredulidad de los que me atendían, dependientes (médicos, gasolineros, etc.), o de mi sufrida familia que ya se había acostumbrado a mis cada vez más largas “ausencias sensoriales”.
Era un gran día para mi, pues al fin me había decidido a superar el temor y afrontar de una vez por todas el defecto ─nunca mejor dicho─ que padecía. Así pues, estaba en disposición de afrontar la vida con otra perspectiva hasta entonces desconocida.
Madrugué para mi rutina diaria: en el semáforo de la esquina esperaba Hamed, el caboverdiano al que cada dos o tres días daba cincuenta céntimos a cambio de un paquete de Klinex que iba amontonando en la guantera.
─Buenos días, amigo─ me dijo esbozando su hermosa sonrisa mientras se llevaba su mano al corazón y el sol recién nacido le restallaba en su cara de ébano.
─Alláh es grande, no hay más dios que Alláh y Mahoma es su profeta─ añadió, extrañándome sentirle por vez primera esa oración pues a pesar de saber que era musulmán, nunca lo había sorprendido en tal actitud.
Entonces caí en la cuenta de que era su hora de la primera oración del día. Le devolví la sonrisa y continué mi camino hacia el polígono, no sin antes escuchar al guardia de tráfico cómo ─inaudito─ juraba en arameo para encauzar “este puto tráfico”.
Al cruzar la barrera electrónica de la factoría, el segurata me miraba mientras me daba los buenos días de cada mañana.
─…jilipoyas! ─escuché añadir a su saludo.
Miré de nuevo y vi la cara sonriente del vigilante. Me extrañó dicho exabrupto en su boca, pero lo había escuchado claramente. Habrá sido una broma, pensé.
Ya en mi puesto de trabajo, me encontré con el gesto adusto de la cara de mala leche de mi jefe, que me estaba indicando las instrucciones diarias.
─Pedazo de imbecil, tengo ganas de perderte de vista─ le escuché claramente que me decía aunque estaba enfrascado en el planning.
Debo estar algo espeso esta mañana, pensé, o es que la gripe tiene estos síntomas. Pero no se dio por satisfecho:
─A ver cuándo se jubila este tío que estoy de él hasta los mismísimos. ─Se refería a mí, sin duda…
El resto del día las pasé escuchando las mayores inconveniencias que jamás haya sentido a nadie, sobre todo refiriéndose a mí: como ejemplo, el cocinero deseándome buen provecho de las albóndigas que había pedido mientras escuchaba, a pesar del gesto serio, su risita sarcástica, entremezclado con un “si este bobo supiera…”
Al regresar a casa, preocupado, tomé una decisión en tanto mi mujer me daba un beso de recibimiento mientras yo esperaba, esta vez con curiosidad, y con temor, para qué mentir, qué opinaba sobre mí.
─Ya está en casa mi maridito… ahora le voy a atacar a ver si le saco para un collar de jade que he visto en una joyería del centro. ─Escuchaba mientras me besaba en silencio, apasionadamente...
En fin, todo así, todo nuevo, todo ameno y entretenido, como muy politicamente incorrecto hasta que tomé la decisión de acudir de inmediato al Gabinete Eustaquio. Ni que decir tiene que por la calle, según me cruzaba con los viandantes, iba escuchando sus elucubraciones, por no decir sus pensamientos: Otro día más sin encontrar curro… Estoy desesperado y he decidido acabar con mi vida…; De mañana no pasa pedir el divorcio…; Dios mío, qué feliz soy…; y así escuchando con nitidez las palabras que resonaban en mis oídos de todos los que se cruzaban en mi camino… bueno, mejor dicho, de todos no: me crucé con el afamado escritor local Amalio Santa, ese que siempre se las da de intelectual, que imparte conferencias “sapientísimas” y escribe sesudos artículos. A su paso esperaba profundos pensamientos, frases precisas, juicios exactos… que confirmar su fama, pero resulta que no escuché nada que saliera del interior de su calvorota a no ser un zumbido pitido parecido al… ¡claro! ¡el sonido de un encefalograma plano! Entonces fui yo quien me alegré de constatar ─a través de mi don─ la vacuidad del sedicente “escritorazo”.
Cuando accedí al Gabinete Eustaquio conté lo que me ocurría con las prótesis y la dependienta, demudada, desapareció.  A través de un ventanal puede ver la bronca que el encargado estaba echándole, leyendo en los labios, algo a lo que estaba acostumbrado, dada mi hipoacusia.
─¿Pero, se puede saber en qué estabas pensando?  ─clamaba, airado, el jefe─ ¿No sabes de dónde has sacado indebidamente los audífonos para ese cliente? ─la dependienta bajaba la cabeza, azorada, aguantando el chaparrón, mientras aquel introducía los minúsculos dispositivos, de los que yo había hecho uso durante unas horas, en una caja rotulada

                                  AUDIOPENSAMIENTOS
                                DE ÚLTIMA GENERACIÓN
     PARA INTRODUCIR EN EL MERCADO EN EL AÑO 2100

El encargado salió y me pidió disculpas mostrándome los audífonos que me correspondían. Se excusó con una oscura explicación sobre las voces que había escuchado, fruto, según él, de algún fallo técnico. Me despedí con mis nuevos aparatos introducidos en mis canales auditivos y ya, a partir de ese momento, comencé a sentir en los demás, los lugares comunes, las conversaciones triviales, los alaridos de telebelenes, las frases sin sentido de cada individuo y de cada día, también las conferencias del “pedazo escritor”, y todo lo que el cada ser humano es capaz de emitir por su boca para ser asimilado por el oido del resto. Pero solo eso y nada más que eso.
Y es que había sido usuario privilegiado, pero involuntario, durante un periodo de tiempo, nada más y nada menos que de un oyente de pensamientos.
En 2100 no quiero estar presente cuando se pongan a la venta… porque puede ser, será seguro, el caos y la guerra.

F I N 

1.11.10

Kosas en mi móvil

Cosas de las estadísticas: "El alcohol es más dañino que la heroina...":
Pues muy bien, yo prefiero un Ribera del Duero a meterme un pico.
Cosas del trabajo:



No tengo... narices para poder jubilarme, aun cumpliendo todos los requisitos... pues a mi que no me cuente milongas zetapé sobre el sistema de pensiones porque llevo 38 cotizando sin parar un solo mes.
Cosas de la ley:A ver cuándo cambiamos el cartel del VÉRTICE GEODÉSICO (un nombre precioso,  pomposo  y aparentemente importante).







Cosas de las interioridades del trabajo:


  Niquel (Ni): 
Detectado
(rosa por la Dimetilglioxima)... mmm... ¡chungo!