17.3.09

Instrumentos y puntos suspensivos

Hace unos años que vi una exposición llamada Instrumentos de tortura y ejecuciones de la Edad Media. Había, y vimos horrorizados (llevamos a los niños), los más sofisticados instrumentos que aplicaban a los reos: la guillotina, la horca, los venenos florentinos de los Medici, las puertas con horrendas púas y otro más que no recuerdo ahora. La palma se la llevó, a mi entender, el instrumento español que hace sombra al temido garrote vil. Me refiero a un instrumento simple simple simple, y que servía a dos fines: como tortura y como ejecución. Se trataba de una tosca y herrumbrosa jaula, como la de los gorriones, con una argolla en lo alto para amarrarla con una soga o cadena y prenderla de lo alto de una viga a la entrada de los pueblos y almenas. El reo, sentado, se limitaba a ver transcurrir lentas las horas de la solana y de la madrugada. Verlas transcurrir lentas, lentas, lentas... Por cierto, he visto algo de un juicio en Austria de un monstruo... y la reconstrucción de la desaparición, muerte e infructuosa búsqueda de la desventurada chavala sevillana Marta del Castillo...

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