PRIMER PREMIO
Pincelada navideña No-escrita
En el pincel de Bambú colgaron un cartel anunciador: “Concurso literario acerca de la Navidad”
¡Ostras! (algunos las comerán) Ostras y más ostras, este tema no me gusta mucho, ¿qué puedo escribir acerca de esto?
¿Que las navidades sí me gustan pero lo que se vive en ellas no?
¿Que paso de obligaciones navideñas? ¿Que puedo cenar con mi familia en amor y compañía en marzo o en cualquier otro mes?
Y me puse a escribir. Y relaté la vida del Jesús histórico, y mezclé a los personajes del portal de Belén con los Reyes, los Magos y los reales, los que tienen a sus pueblos muertos de hambre y ellos nadando en oros, inciensos y mirras.
Y me acordé de los sin papeles que andan escondiéndose igual que por entonces hizo Jesús porque había un tal Herodes. Combiné, imaginaos como, los villancicos, los turrones, los árboles y las bombillas, con los israelitas, con el sufrido pueblo palestino, con los musulmanes, judíos…Quise hermanar a todos y darles las mismas oportunidades, quise erradicar los fundamentalismos religiosos, que no las religiones, quise que al que trabaja en el top manta se le trate igual que a su rey, negrito también, pero al que toleramos porque tiene dinerito.
Después pasé a hablar de como acabó el pobre niño Jesús, crucificado, porque por entonces no utilizaban el garrote vil, ni las hogueras, tampoco había inyecciones letales; los clavaban en un madero y hasta que los pobres aguantaban, lo que no sé es como había osados que seguían robando, porque vaya final que les esperaba…
También recorrí los sitios más representativos de la vida de Jesús, porque tuve la gran suerte de pisar la tierra que le vio nacer y morir, navegar por el mar de Galilea, perderme en Getsemaní, recorrer las calles del mercado por donde él iba arrastrando su cruz…
Después, a modo de colofón, se me ocurrió enumerar muchas cositas por las que no se puede vivir la navidad como Dios manda, guerras, hambre, conflictos…
Me quedó un relatito ameno, en el que quise tocar tantos temas, injusticias y desigualdades, que me desparramé, porque dos folios no son suficientes, pero tampoco lo desarrollé estupendamente porque escribiría un libro, con sus pastas y todo, y me explayaría y veríamos sonreír a las ovejitas del portal de Belén y a los camellos, y daría más brillo a las lámparas de Aladinos con dinero y con poder y sacudiría el polvo a quién no echa una mano a su prójimo, sean del color y de la religión que sean.
Pero todo tiene una criba, y el que me pone los puntos sobre las íes es mi chico, poeta él también, (todo queda en casa) así que muchas veces le doy a leer mis cosillas para ver si pasan la censura; es mi mejor crítico, me dice sin miramientos lo que es malo o peor, y me alaba lo bueno; he de decir que gracias a sus feroces críticas algunos poemas han dejado de ser mediocres y puliendo, puliendo, he conseguido que fuesen mejores.
Total, que se lo doy a leer y… ¡¡Dios, qué risas!! a moco tendido, a carcajadas, ¿estaría leyendo lo mismo que yo he escrito? Me ha tildado de adolescente y os juro que hace muchos años dejé de serlo, de inocente, de simplista…
Tienes dos opciones,- me ha dicho - o te inclinas para que sea un relato para adolescentes, o lo retocas y lo conviertes en un cuento para niños.
Me han parecido difíciles cualquiera de las dos versiones, así que aquí está la tercera, (ésta no se la enseño que se troncha)
Solo añadir el final, el cual no quiero desaprovechar, genuino, de mi primer intento al escribir sobre este temita…(búscate otro la próxima vez, JA)
“Volverá a ser Navidad cuando todos recuperemos la inocencia de la niñez”
2º Premio
Poema navideño
Miguel Corriols Delgado ©
Hoy doce de octubre
Día de la Hispanidad
anuncian por megafonía
en el centro comercial
turrones y polvorones
marquesas y mazapán
que de mañana en cien días
empieza la Navidad.
Desde hoy hasta entonces
nos van a bombardear
con perfumes y bombones
juguetes y champán
turrones tradicionales
y de cualquier variedad
cosas imprescindibles
que tendremos que comprar.
Ya se oyen los villancicos
que traen lindos recuerdos
recordamos nuestra infancia
también a nuestros muertos
son fechas muy emotivas
para pasar con los nuestros
con los padres, con los hijos
y tal vez con los abuelos,
aunque no estén en persona
están en el pensamiento.
Los niños, los más felices
para disfrutar este tiempo
disfrutando los juguetes
o en casa con los abuelos,
que les narran aventuras
que en su infancia vivieron
y les hacen comprender
como aquellas fueron.
Si rememoro mi infancia
felices son mis recuerdos
celebrábamos en casa
recuerdo primos y abuelos
todos juntos en la casa
sentados en torno al fuego
o pidiendo el aguinaldo
por las calles de mi pueblo.
Seis millones de personas
pasarán esta navidad
sin trabajo, sin dinero,
sin poder alimentar
como debieran a sus hijos
y a nadie le importará
lo que a ellos les ocurra,
falta solidaridad.
Y entretanto los humildes
se tendrán que conformar
con el frío, con la nieve
con el techo del portal
en el que pasan las noches
con este frío invernal.
Mientras cenas suculentas
se dejan sin terminar
en las casas más honradas
de esta nuestra sociedad.
Sé que no es muy positiva
de la navidad mi opinión
pero ya no es lo que era
hoy en día con la televisión
se ha perdido grandemente
parte de aquella ilusión
que teníamos cuando niños
nos comíamos el turrón.
Accesit
SUEÑO DE NAVIDAD
Angelines Ginarte ©
Aquél sonido que le llegaba a través de las sábanas le resultó muy familiar , a medida que se desperezaba Sofía se dio cuenta que lo que escuchaba era la añorada cantinela de los niños de la Navidad , era 22 de Diciembre y el sorteo de la Lotería ya había comenzado.
Se levantó rápidamente , tenia tantas cosas y tan poco tiempo ,
apenas faltaban dos días para la Navidad . Recoger el musgo para el nacimiento –pensó– hay que ir a buscarlo. Le encantaba introducir sus dedos entre la piedra y el musgo , arrancarlo y guardarlo en la bolsa que siempre llevaba preparada . Así que se dispuso a vestirse y desayunar ; ayudó en las tareas de la casa y, dándose un paseo , se encaminó a hacer aquello que más deseaba, comenzar a preparar la Navidad. Cómo disfrutaba esos días, toda la familia junta, alrededor de la mesa, cantando villancicos y contando anécdotas. Pero antes de eso , era necesario prepararlo todo. Cuando se encontró con su amiga se saludaron alegres, hacía un día estupendo , a pesar del frío el sol estaba en todo lo alto y empezaron a caminar hacia el castañar , en busca de buenas mantas de musgo para sus Belenes . Cuando terminaron de recoger todo lo que necesitaban, se despidieron quedando en verse más tarde. Pero Sofía no sabia la sorpresa que le esperaba al llegar a casa: estaban instalando un televisor, el primero que habían tenido!!!! Su madre sonriente la estaba mirando; ella, loca de alegría, la abrazo y comenzó a enredar con los botones de la tele (como ella decía). Una tele en
blanco y negro pero que para ella era una maravilla. Al final del día, su padre llegó a casa del trabajo, la besó y le preparó el sitio donde instalarían el Nacimiento. Al terminar ya era noche cerrada y aún tenían que cenar y acostarse lo antes posible, porque al día siguiente había que hacer compras, comidas, envolver regalos para todos.
La Nochebuena era el día más esperado, además, también iría con
sus amigas a pedir el aguinaldo por las casas; les darían dulces y alguna que otra pesetilla para comprarse lo que quisieran. Que bien lo pasarían: cantarían hasta quedarse afónicas y reirían como “locas".
Serian dos días maravillosos. El día de Navidad era aún mejor, estarían todos: sus padres, hermano y sus abuelos,... para ella aquello era con lo que mas disfrutaba ¡cómo le gustaba estar con ellos!
De repente, un ruido estridente la despertó, era el timbre del
despertador, miró a un lado y a otro y vio que todo había sido un
sueño, más que un sueño, recuerdos de aquella niñez maravillosa que ya no volvería. Se entristeció, pero de pronto en su mente salto un “clic “ y sonrió pensando, que no todo el mundo había tenido aquellas Navidades tan maravillosas para recordar y con las que disfrutar, cuando el recuerdo, de los seres queridos que se fueron, volviera a su mente y esbozó una sonrisa.
Por eso Sofía, siempre disfruta en cada Navidad, habla de aquellas cosas con las que disfrutaba; cosas que ahora su marido, sus hijos y nietos viven junto a ella. Reconoce que es muy pesada contando lo mismo una y otra vez, pero se siente gratificada al ver que ellos también sonríen cuando la escuchan y disfrutan con ello; esos son los maravillosos recuerdos, que siempre deben permanecer con nosotros.