29.8.10

TRINAKRIA (1) ©Jose A. Bejarano

  Tenía la mesa de su estudio a tope. Los libros, apuntes y folios se desparramaban por toda la superficie de la mesa, mientras las notas de su autor favorito sonaban en el aparato Hi-Fi. Iessica estaba realmente agobiada por lo que se le había venido encima en las últimas cuarenta y ocho horas. Dos días habían transcurrido desde que tenía en su poder la licen­cia universitaria y ya la estaban reclamando de Bruselas. Estaba nerviosa —cuando ello ocurría mordisqueaba el amuleto que pendía de su cuello— porque siempre se había con­siderado una buena estudiante. Era consciente de que estaba por encima de la media de su clase, e incluso a punto de enmendarle la plana a más de un profesor de la Escuela de Ingenieros de La Sorbonna, aun a costa de que la tildarán de “cerebro andante” algunos de sus compañeros. Era consciente de ello y también de sus limitaciones intelectuales, que ella conocía. Pero que ante ella tuviese un documento firmado por la vicecomisaria de infraestructura de la Unión Europea, era algo que superaba su capaci­dad de asombro, y no pudo remediar el sentir cierto escalofrío al tener que adoptar una decisión en el plazo de uno o dos días. Y cualquier medida, es­taba segura, sería difícil de tomar.
Continúa...

2 comentarios:

  1. Por entregas... Seguiremos leyendo!!
    Un beso

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  2. He decidido publicar misa relatos en el blog siguiendo sabios consejos de ir publicando por pequeñas entregas.
    Gracias por leerlo y espero que te guste, Laura.

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