9.4.11

De paraisos

A: Andrés Sánchez
San Vicente del Raspeig
Alicante
Huelva, abril 2011
Estimado amigo Andrés: tal y como te comenté, a través del messenger me gustaría describirte algo de mi tierra, puesto que me aclaraste que nunca habías estado por aquí.
Te cuento: hoy he recorrido en bicicleta —nuestra común afición— un itinerario que suelo hacer diariamente y que se ha convertido en una de mis costumbres. Se trata de Marismas del Odiel, un lugar que a mi me parece, simplemente, maravilloso.
Esta misma tarde, sin forzar excesivamente, he dejado el casco urbano de la capital y he comenzado la “verde ruta” recorriendo el puente-sifón que cruza el estuario del río Odiel, sorteando a los numerosos pescadores de caña, dejando a un lado un barco a medio construir que un día tal vez surcará los mares, cercanos y lejanos, en busca de los productos del mar. En la otra orilla, otros vetustos monstruos de hierro y madera, estos sí, ahora inermes después de recibir, desde siglos pasados, los minerales que se extraían de las entrañas de la tierra de esta fecunda provincia. Al final del puente he continuado por la ruta lindante a las salinas, donde unos flamencos rosados, en busca de alimento, introducían sus picos en las aguas de las inmensas balsas donde cristalizan las sales. Al salir de este tramo, te puedo asegurar, Andrés, que mi olfato estaba impregnado de aromas yodados, y el sol, poco a poco hundiéndose, se reflejaba en los meandros del río que se adentra, formando caños refugio de peces. Me detuve en un puente, apoyé la bicicleta sobre el pretil de madera, y quedé admirado, una vez más, ante la singularidad del paisaje que tenía ante mí.
A un lado, las controvertidas fábricas químicas —yo mismo presté mis servicios en una de estas— y el Nuevo Estadio Colombino. Y al otro, las marismas del río Odiel propiamente dichas alternando los brazos de agua y las grandes extensiones de tierra donde tienen su hábitat multitud de seres vivos conformando un sistema de incalculable valor ecológico.
Cuando reanudé mi paseo atravesé, bordeando la carretera de intenso tráfico, zonas de jara y romero, así como chumberas y algunos eucaliptos, pero sobre todo pinos, pinos y más pinos.
Al completar los doce kilómetros y doscientos ochenta metros del “carril verde” pude apreciar, en su conjunto, todo lo que te he descrito y que, curiosamente, sintetiza lo que es el pasado, el presente y el futuro de la provincia de Huelva: la minería, la pesca, la industria, la agricultura —sólo intuida desde mi observatorio—, el turismo, la Naturaleza... e, invisibles desde mi atalaya, artífices de todo ello… sus gentes, las que han —hemos— formado esta tierra tal y como actualmente es. También, desde el privilegiado mirador pude admirar los monumentos conmemorativos del Descubrimiento de América. Allí mismo el Odiel se une con el otro río, Tinto, justo en sus desembocaduras.
Finalmente, para descansar del recorrido ciclista, decidí cruzar la carretera costera, tumbarme sobre la arena de la playa —120 Km. de litoral desde Ayamonte hasta Doñana— y esperar a que el sol fuese cayendo lentamente tras el océano.
Me gustaría que estas impresiones hayan conseguido atraer tu atención y sepas que estás invitado, junto a tu esposa y a tu bebé, a compartir durante unos días esta tierra conmigo y mi familia y, por fin, conocernos personalmente. Te puedo asegurar que no te arrepentirás de haber visitado Huelva.
Esperando tu respuesta afirmativa recibe un saludo afectuoso de tu amigo
José A. Bejarano
PD: No es necesario que traigas tu bici. Todo tiene solución.
¡¡Y a ver si te conectas más a menudo!!

8 comentarios:

  1. Una maravilla ese paseo en bici.Seguro que tu amigo aceptará tu invitación bella y generosa.
    Mi felicitación por esa muestra de tu nueva vida,que te rejuvenecerá,amigo.
    Mi abrazo y feliz fin de semana desde mi pueblo manchego.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. Vaya paseo bonito Jose!! .
    He agrandado las fotos, la 2ª y la 8ª son preciosas...ya nos contarás si tu amigo se anima :)
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Maria Jesus
    una maravilla este trozo de paraiso cercano. Cuando me pierda, me pueden buscar por estos anchos lares.
    Mi abrazo correspondido, amiga

    ResponderEliminar
  4. Laura
    Mi amigo no se animó. Él se lo pierde.
    El paseo entre los esteros y las zancudas que elevan el vuelo a mi paso es absolutamente real.
    Un beso

    ResponderEliminar
  5. Amigo mio,

    gracias por describir tan magníficamente mi tierra.

    por donde desde una " canoa " , veia como los barriletes caminaban por los lodos, sanos lodos.

    Gracias.

    lo del enlace,no entiendo que tu visites esa pagina, por curiosidad vale. Apoyos a estos nanai.

    ResponderEliminar
  6. Pedro
    Esta, nuestra tierra.
    Me encanta pasear por Marismas del Odiel aunque hoy parecía una autopista.
    A mi tampoco me gusta el Odiel, pero eso no quita para que el artículo me parezca elogioso y lo enlace.
    No seas así, hombre...
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Hola, querido Jóse Bejarano:)

    ¿Sabes? si hay algo que me encanta de tus fotos es la luz, esa luz que sólo tú sabes captar de tu Huelva y tus marismas del alma. Es realmente un entorno maravilloso, marino, salobre y a la vez ¡tan terreno! Tu amigo no se podrá resistir :)

    Tú ya eras jóven cuando estabas con tus frasquitos de colores tan peligrosos, precisamente por eso, amigo... ¡Ahora todavía más!
    A mí me gustas más con tu bici y tu cámara en ristre :)

    Un besote supermegagrandote...

    PSD: Rocío recita muy bien...

    ResponderEliminar
  8. Mar
    Este retazo fue el folio que presenté en un concurso. El destinatario es ficticio (de hecho es cualquiera de vosotr@s, mis amig@s) pero aún me pregunto qué de malo habrán visto en este folio esbozado de colores y olores sentidos con autenticidad, sobre todo después de haber visto el folio ganador, plagado de horrorosas salpicaduras de tinta y las figuras borrosas.
    En fin... lo seguiré intentando.
    Bueno, Mar, voy a salir a despejarme al paraiso.
    Un beso y mi enhorabuena por tu jornada literaria.

    ResponderEliminar


Me encantan las visitas.
No lo dudes, amig@... y entra, las puertas están abiertas de par en par.
Comenta, critica, sugiere, aporta.
Enriquece mi bloc.
No aceptaré anónimos...

G R A C I A S