© El blog con cero lectores, pero aquí estoy en el espacio de mi libertad. No espero a nadie aunque cualquiera es bien recibido. Gracias a mi BLOC ABIERTO DE PAR EN PAR donde encontrarás desde 2009 temas variados.

4.8.12

Noruega. Fiordos con Roberto

Bergen
Geiranger
A bordo del Grand Mistral, con Roberto, nuestro nieto
Noruega, un país rico, verde, con agua por todas partes, donde los maestros (por poner un ejemplo) no son funcionarios sino que renuevan sus contratos con el estado cada año, y el país donde el nivel educativo lo ponen alto para que todos se esfuercen en pasarlo, en lugar de poner el listón bajo para que lo pasen con facilidad los vaguetes como ocurre en un lugar que yo me sé...

¿Lo malo de Noruega?: los largos meses de penumbra

13.7.12

Juegos de Olimpia

Estadio 
La Palestra


Primera Olímpica 

(Píndaro)
Lo mejor es, de un lado, el agua y, de otro, el oro, como ardiente fuego,
que destaca en la noche por encima de la magnífica riqueza.

Y si certámenes atléticos celebrar


anhelas, querido corazón,


ni busques otra estrella más cálida que el sol


brillante en el día por todo el yermo éter


ni ensalcemos otra competición superior a la de Olimpia.


De allí el himno clamoroso se despliega


a través de las mentes de los sabios


para que al hijo de Crono canten los que acuden

a la espléndida y feliz morada de Hierón

(traducción García Gual)
En verano de 2010 visité las ruinas del estadio olímpico... pero no la Peineta de Madrid 2086, ni el nido de Pekin (que también conozco), ni era el estadio de Los Ángeles de donde salía un tipo volando o el estadio de Montjuich donde, en el 92, un arquero se pasó de antorcha y casi quema a un acomodador. No, el estadio que emocionado visité fue realmente el primero, el que de verdad vio más alto, más lejos, más fuerte a los atletas que desde todos los puntos de Hellas se dirigían a competir, sin importarles el crono, o el metro o el peso, sino quien lo lanzaba más lejos, o saltaba más alto, o corría en menos tiempo. 
La meta no era cuándo o cuánto o dónde, sino ser más y mejor que el otro.
Visité y pisé la tierra de sus pistas, sintiendo, en medio del silencio de sus gradas desgastadas, la magnitud de los terremotos y la intransigencia del destructor Teodosio II que no consiguieron la total devastación.
Sobre aquellas milenarias piedras y sillares, y columnas, y altares, y templos a Zeus y a Hera (desde cuyo templo, allí mismo, Prometeo robó el fuego sagrado para entregárnoslo a los mortales), y en los zócalos de su Gimnasio, las ondas sobrevuelan -pude percibirlo claramente- cargadas de oraciones, de respiraciones entrecortadas por el esfuerzo, de gritos de admiración y de decepción, y las ovaciones y loas del pueblo heleno expectante. Mientras, sobre lo más alto del podio, el cuerpo desnudo, sudoroso, moldeado, brillante de oleos, victorioso, sonriente, coronado por una rama de olivo, el del Atleta y dios.

Estamos a punto de acabar la Olimpiada, y comenzar los Juegos
Bienvenidos a Londres y que venzan los mejores


Estadio olímpico de Atenas
Post dedicado a nuestros compañeros de viaje y amigos J.M. Guixols y esposa

2.7.12

Fototeca muy salada

Marea baja y muelle minero abandonado
A veces me dan ganas de trasladarme a vivir a este barco abandonado
Campos de girasol. Soledad. Secano. Sed. Caminos polvorientos
Mi  (buena) sombra
Palmeras que se mecen al viento mientras los pescadores esperan sentados
El sol y el viento obran el milagro: la sal
Miles de toneladas para múltiples usos
Isla de Saltés... taifa y reino mil años atrás

28.6.12

Fútbol, y GOLAZO, de altura

La foto es descargada de la red, pero se parece asombrosamente a la realidad que narro
Yo colgué las "botas" para siempre cierto día.
Nunca más volví a jugar al fútbol, pero no porque me lesionara, no, sino por un gol que metí.
Aquello era un campo de fútbol de tierra, y no como ahora que casi se forma un conflicto internacional porque no se riega el campo antes, o el césped está un centímetro más alto o más bajo. Era un partido de los muchos que jugábamos por auténtica afición y sin otro ánimo que el pasar el rato. Eso sí, once contra once y un partido con todas sus reglas.
No habían pasado DOS segundos desde que el delantero sacara desde el punto central, y me llegó el balón (que no esperaba pues yo me encontraba situado a sus espaldas) cuando, sin siquiera pararlo, le arreé un puntapié y durante escasamente TRES segundos el mundo se detuvo. Se detuvo porque era el balón que yo había chutado desde detrás del círculo central el que, en un semicírculo perfectamente definido -que durante una fracción de segundo eclipsó al astro rey que inclemente caía sobre el campo- pasó perfecto, solemne, con el portero clavado, mirando incapaz, mientras el resto de los jugadores contenía el aliento cuando limpiamente aquel humilde balón "de reglamento" se estrelló contra la "red".  Cincuenta metros de órbita maravillosa que me valió el casi morir asfixiado de los abrazos de mis compañeros... y de los contrincantes.
Pero no había ni televisión local (¿¿¿PERO CÓMO PODÍAMOS VIVIR SIN TELEVISIÓN LOCAL???), ni padres vitoreando los aciertos de sus niños y aullando los errores de los contrarios. Ni siquiera público. Allí no había ningún dispositivo televisivo (la tele la veían entonces cuatro ricos de Madrid) que hubiera dejado constancia de aquel auténtico golazo, que a ningún "crack" de hotel de cinco estrellas y jaguar ni a nadie he visto jamás como el que yo metí. Cierto como lo cuento.
             Colgué las "botas"... claro.

1.6.12

Oye! sabes que me está empezando a gustar la fotografía?

La Ribera, Huelva. Antigua alquería. Espadaña y campanario que antaño estuvo en uso. Hoy, refugio de aves y escolta de dehesa
Perro guardián, cadena y cubo de agua derribado. La cadena es larga pero tiene su fin...
Mi manía es observar carteles y buscar fallos. Aquí hay uno...
Puente levadizo sobre los canales de entrada en la barra de Saltés (uno de mis lugares preferidos)
Aguas de entrada en las desembocaduras de los ríos Odiel y Tinto. Huelva
Bajamar y caída de la tarde
Al fondo, a la derecha, la vieja taifa de Saltés. Al-Mutadid (su espíritu) cabalga aún entre los esteros
Justo la desembocadura de los ríos de Huelva. A la izquierda, Colón



Saltés, la de las aguas calmas. Cabecera del reino de Umba y Xaltis. Año 1012
Mi vehículo (la bici). Bordear la ria de Huelva es mi recorrido. Por qué. Pues porque a la derecha están las fábricas químicas, y a la izquierda, los esteros donde anidan los flamencos rosados, las espátulas y las cigüeñas
En mitad de la marisma, una construcción ajena, extraña, fuera de lugar... pero ahí estaba
Compuertas de entrada de aguas salinas

Unas imágenes que capté de milagro. Patitos de verdad, detrás de mamá pata, parecidos a los de las ferias que se cogen con anillas

:-)
Entrada dedicada a Mar Solana

Telepúfo

El subministro sonreía mirando desde su despacho. Por fin se iba a ganar el favor del Ministro 1 presentando el encargo del jefe corregido ...