© El blog con cero lectores, pero aquí estoy en el espacio de mi libertad. No espero a nadie aunque cualquiera es bien recibido. Gracias a mi BLOC ABIERTO DE PAR EN PAR donde encontrarás desde 2009 temas variados.

5.2.23

Entrevista a Sara Bazzano

«Quien trabaja con sus propias manos está acostumbrado a aceptar las imperfecciones»

Es una hermosa casa, rodeada de un frondoso jardín. A nuestro alrededor corretean dos preciosos perros. Entramos y nos sentamos en un salon lleno de recuerdos y piezas artísticas. Decorado con gusto. Abre una botella de vino y nos sentamos junto a una chimenea. Afuera, la nieve comienza a caer sobre las colinas de una de las más bellas ciudades de Italia. Turín sobre la llanura del Po y a lo lejos se adivina el Monviso, montaña en los Alpes que forma parte del paisaje de la capital del Piamonte. El invierno se ha enseñoreado de un entorno que invita a la charla distendida. La artista me ofrece su casa y yo me lo tomo en serio. Una mujer en plena madurez que me mira y sonríe. Sus manos me llaman la atención, por fibrosas y recias en contraste con su afable rostro. Pero todo tiene su porqué. Se levanta Sara y conecta un vetusto equipo de sonido. Acomoda el volumen para que la voz grave de Paolo Conte ayude a conversar sin agobios, sino con calma. Brindamos con un “bel vino piemontese” Barbaresco del 92. Nos miramos, reímos, hablamos de nuestras vidas, de nuestras familias, de su compañero e hijos. Sara es mucha Sara. Miro, vuelvo a mirar sus manos, sus dedos algo rugosos. Y la imagino —aunque más tarde me lo demostraría— en su mundo de «Creación» moldeando a su libre albedrío. También la imagino —me resulta fácil— como una Demi Moore como ‘Ghost’ manejando el torno ‘Más allá del amor’…
Paolo Conte desde el anticuado compacdisc musita onomatopeyas con su Boggie «che tenevano la porta aperta davanti alla primavera» que poco a poco se va a adentrando, a pesar de la nieve, en el mundo de una artista, una mujer en plena y bella madurez física e intelectual.
El pincel de bambú se viste de gala para recibirla:
P —Sara, haznos una pequeña presentación personal.
R—Soy Sara Bazzano y nací en Turín, Italia, en 1970.
Mi vida escolar comenzó en la Escuela Francesa de Turín hasta el bachillerato, el diploma de francés en materias literarias en 1988 y licenciada en psicología por la Open University of London en 1997.
De vuelta en Italia empecé a trabajar en un jardín de infancia (guardería infantil) y el contacto con los niños quise proponer alternativas de actividades creativas para desarrollar su imaginación.
En este periodo (1999) tomé contacto con la arcilla que me enamoró, y mi vida cambió de rumbo. En 2002 abrí un taller de cerámica en Pecetto Torinese, donde siempre he vivido, y desde entonces he estado creando objetos de porcelana y gres para el uso diario con una perspectiva creativa y original.

P—Defínete, dime, porque es difícil para mí hacerlo, el nombre exacto de tu arte o tus cualidades, es decir, ¿qué eres: artesana, ceramista? ¿Al fin, te consideras psicóloga o ceramista?
R—Desde hace más de veinte años soy una ceramista que observa con una mirada ‘clínica’ la sociedad en la que vivo de una manera curiosa y crítica. No me siento ni me considero psicóloga sino ceramista.

P—¿Cuándo empezaste con la cerámica? ¿Puedes ganarte la vida modelando arcilla?
Define el arte del modelado.
R—Como te dije, empecé en 1999 y desde entonces vivo de mi trabajo. El arte de trabajar la arcilla me permite ver mis pensamientos realizados y convertidos tridimensionalmente. Al crear nuevas ideas a veces se convierten en otras ideas, y otras veces permanecen únicas y resueltas en esa singularidad . ¿Mi definición del modelado? Una gran libertad.

P—El Antiguo Testamento dice que Dios creó al hombre moldeándolo con barro y luego sopló en él dándole vida.
¿Crees que Dios es un buen alfarero o hizo un trabajo como este, con algún pequeño defecto? ¿Es la cerámica la primera profesión de la humanidad?
R—No puedo juzgar a Dios aunque los defectos en la humanidad existen y no son fáciles de resolver, pero tal vez Dios no podía imaginar cómo usaríamos nuestro tiempo después de su aliento vital. Es cierto que los defectos y la imperfección forman parte de mi trabajo diario, quien trabaja con sus propias manos está acostumbrado a aceptar las imperfecciones y a hacer las paces consigo mismo.
El trabajo artesanal lleva implícito la aceptación de los defectos y la resistencia a las dificultades y a los fracasos, aunque el entusiasmo nos permite continuar pues precisamente nada se da por sentado y cuando todo funciona es una inyección de energía y de confianza.

P—En un taller de cerámica se modelan figuras de barro hasta que adquieren personalidad propia. ¿Crees que con esta filosofía, salvando las diferencias, se enseña en las escuelas o en las familias, con niños?
R—El manejo del barro es una enseñanza que, como todo oficio, involucra muchos elementos que se encuentran en la vida cotidiana y creo que la personalidad del artista aparece si el artista sabe explicarse bien con el medio que utiliza. La claridad de su mensaje está en relación a la comprensión que se tiene de él. Mi arte no es conceptual aunque el mensaje estético y la búsqueda de la forma deban seguir siendo conceptos buscados. Yo creo que la educación en elecciones estéticas se debe hacer de la misma manera que se está educando a los niños para que no desperdicien sino que usen energías sostenibles, lo mismo se debe hacer con la estética.

P—¿Qué técnicas usas? ¿Qué papel juega el fuego? ¿En qué consiste la técnica Raku? ¿Te inspiras en tu entorno, en la Naturaleza, en los demás? Cuéntanos brevemente sobre el proceso que va desde un montón de arcilla hasta el estante de una casa.
R—A lo largo de los años he pasado de la producción de objetos Raku al uso de la porcelana y el gres para el día a día. Raku es una técnica de segunda cocción que ennegrece la cerámica donde no hay esmalte y decora la superficie del esmalte con grietas ennegrecidas, donde ha sido esmaltada. Estos procedimientos crean una cerámica única para cada creación pero es poco usable, por contra es decorativa ya que el objeto es muy poroso.
A lo largo de los años he modelado objetos al torno y a mano pero de un material no poroso; la porcelana y el gres aseguran una perfecta resistencia y durabilidad del objeto. Con el tiempo también me especialicé en sales a base de cenizas de madera, seleccionando las diferentes cenizas de árboles seleccionados para obtener esmaltes naturales. La ceniza funde a 1.280ºC en el horno sobre las piezas de cerámica y crea efectos cambiantes ricamente decorativos, dejando que se exprese el material en toda su naturaleza.

Sara y yo continuamos hablando de todo un poco. El dia va avanzando sobre la colina turinesa. Me invita a comer y yo acepto porque me ha hecho sentir como en mi propia casa. La sobremesa la dedicamos a visitar su laboratorio de la arcilla donde Sara Bazzano deja trabajar sus manos sobre el torno. Se agradece el calor que desprende el horno donde se forja y asienta lo que las manos y los dedos de Sara moldean lo que su corazón y su intuición de artesana le dictan. La charla continúa mientras un precioso Husky siberiano, (Klintdue) retoza sobre la escasa nieve del jardín. La charla continúa…

22.1.23

Entrevista a Rosa Sánchez de la Vega (Rosa Pasapágina)

«Mis pasiones, los libros y el micrófono»

No conozco a Rosa personalmente —lo prefiere a su sobrenombre 'Tamay', y yo también— pero tuve la oportunidad de conocer a sus abuelos, a sus tías, la casa familiar donde algunos ratos pasé en mi infancia, donde el sol inundaba el taller atravesando una claraboya levantando nubes de polvillo de madera, formando figuras caprichosas al atravesar sus rayos a la caida de la tarde. Allí su abuelo Jenaro trabajaba el noble material de la madera tallando y ensamblando hermosos muebles. Pero allí conocí también a su padre, el padre de Rosa, un hombre bueno, cariñoso, cercano. Que falleció con lo cual me enteré de que la Muerte llega a todos... en cualquier momento. Me impactó aquello. Pero como la vida tiene infinitos vericuetos, hete aquí que me encuentro —bueno, ya hace un tiempo— con la hija, a la que, ya digo, no conozco en persona. Pero no deseo hablar de mi, sino de Rosa.

He seguido su trayectoria literaria, y por fin su trayectoria radiofónica como entrevistadora de escritores, de las últimas obras de grandes escritores. La admiro, la envidio, la sigo, le copio su estilo ahora que también entrevista en la prensa escrita. 

Hoy, El pincel de bambú tiene la suerte de volver a presentarla...

—Aunque ya te entrevisté hace tiempo con motivo de tu última novela ¿Por qué ahora?, preséntate de nuevo, por favor.

—Rosa Sánchez de la Vega. De Hervás aunque caacereña de nacimiento. Madrileña de adopción. El micrófono y los libros, dos grandes pasiones.

Coordino y dirijo desde 2018 el programa quincenal que aborda temas como «La historia de libro» alternando con programas de temas culturales. (Cadena Ser Salamanca).

Ese mismo año empiezo a colaborar con el programa semanal de Radio Intereconomía  sobre temas culturales «Ratones de biblioteca»

En 2019 formo parte como subdirectora del programa semanal «La Coctelera» de Radio Inter. Y dirigí una sección propia dedicada al mundo de la literatura, libros y entrevistas a autores/ras.

En 2020 comienzo un programa de Podcast en la Cadena Ser con entrevistas a autores top de los grandes sellos editoriales, con una excelente crítica y seguimiento.

«Autoras de palabra con Rosa» es el nuevo programa de magaSIN (@magaSin) del periódico de EL ESPAÑOL (@Elespañol) en el que conduzco este podcast de conversaciones distendidas con las escritoras top literario del panorama nacional e internacional. Un espacio en el que cada autora desgrana su obra de forma apasionada durante toda la entrevista.

En mi recién estrenada página web: https://rosapasapagina.es/ se pueden escuchar y ver todas las entrevistas, ruedas de prensa y estar al día de próximas publicaciones. Además ha unido sus fuerzas con https://www.todoliteratura.es/ @todliteratura. Os animo a que os suscribáis. Es gratis.

Además, soy escritora y autora de novela y relatos, con la que he conseguido distintos premios. Columnista del periódico  @laaldaba  de Extremadura y Castilla y León, donde publico mensualmente relatos.

Redactora de la revista cultural «Pasa página»  @revistapasarpagina la que también publico mensualmente un relato.

—¿Cuándo empezaste con la radio?

—Comencé en el 2018 dirigiendo y coordinando un programa quincenal de cultura.


—No me digas que pondrías el mismo mimo con una alcachofa de la SER que con una de Radio Villarriba de Abajo entrevistando al poeta-cultureta del pueblo.

—Dejarse llevar por ideologías políticas, religiosas… estatus social… o lugar de nacimiento, demostraría ser poco respetuoso.

—¿Por qué «pasapágina»?

—Adentrarte en un libro e ir pasando páginas. Avanzar sin olvidar los capítulos anteriores y dar ese paso con todo lo vivido. Eso es Pasar página.

—Se te ve cómoda en tu papel ¿Sí?

—Se funden mis dos pasiones: los libros y el micrófono. Y he descubierto la empatía. El cariño. La complicidad de una charla entre entrevistador y entrevistado. Me encanta mi trabajo. Sí.

—La pregunta que hago siempre: ¿vale una imagen más que mil palabras o no tiene por qué?

—Una imagen es más atrayente que un texto. Es lo que primero te llama la atención. Pero a menudo te lleva al error. El texto es conocimiento. No siempre tiene por qué una imagen tener más valor..

—¿Cuántas entrevistas has hecho en tu carrera radiofónica?

—Superamos las quinientas.

—Te lo he dicho alguna vez: a veces, algunas de tus entrevistas me resultan largas cuando las veo en Youtube. Defiéndete y dime algo sobre las lentejas por lo de tomarlas o dejarlas.

—No te das cuenta del tiempo que dura una entrevista si te está resultando amena. Para al autor/ra la charla siempre le parece corta. Te confieso que la mayoría de las veces a Rosa-pasapágina le ocurre lo mismo, seguiríamos hablando y el café se quedaría frío.

—¿El centrarte en la última obra de tus entrevistados es una opción tuya o recibes sugerencias?

—El programa tiene como objetivo contar al oyente la última publicación del entrevistado.

—¿No te gustaría entrometerte en la vida cotidiana del escritor?

—No me gusta «entrometerme» en la vida de nadie. Me gusta conocer al escritor.

—¿A quién volverías a entrevistar de buena gana?

—A todos. Ahora bien; si me lo permites me gustaría entrevistar por primera vez a Carmen Laforet (tarea imposible) lo sé.

—¿Cuándo pasarás a entrevistar en TV? ¿Aceptarías un encargo así?

—Cuando tenga una oferta interesante. Si las condiciones son buenas, por supuesto. 

Entretanto, https://www.youtube.com/results?search_query=rosa+pasapagina

—Yo creo que tu timbre de voz encandila, atrae y atrapa a tus oyentes ¿también a tus entrevistados?

—Alguien me dijo una vez que tenía un tono de voz dulce, melodioso. Que trasmitía mucha paz. Después esa opinión se ha ido repitiendo.

—Lees las novelas y tus entrevistados se maravillan de poder «interactuar» (qué palabro), de poder hablar con conocimiento de causa. Pero no me creo que todas te hayan gustado. Dime.

—Interactúan encantados porque lo que quieren es hablar de su novela que acaba, o a punto, de salir. Todas son de mi interés. Aunque no todas tienen por qué gustarme.

—¿Entrevistarías a un investigador y escritor de una tesis sobre la cría del gusano de seda?

—No veo por qué no.

—Ahora tus libros: dinos cuáles fueron o si los has olvidado y si alguna vez retomarás la escritura novelística, pues conozco tus artículos en alguna revista comarcal y cultural.

—¿Cómo iba a olvidarme de mis publicaciones?

Serás tú quien lo descubra. Novela urbana. Intimista. Fue finalista en los premios de «La isla de las letras»

¿Por qué ahora? Novela de misterio. Ganadora del accésit en los premios de «La isla de las letras»

Sigo escribiendo en una tercera novela. Además de relatos.

—Dame algún consejo para que mis entrevistas sean tan seguidas y ponderadas como las tuyas

—Si te gusta lo que haces, disfrútalo.

—¿Qué te ha parecido esta entrevista teniendo en cuenta que yo juego con ventaja ya que ahora mismito me voy y la cocino para emplatar debidamente? No te cortes.

—Emplátalo a tu gusto. Así me he sentido yo. Y halagada.

—Dime para finalizar:

—Un paisaje

—El mar del norte, Asturias

—Un pais

—España

—Una lectura 🙂

—El jinete del silencio, de Gonzalo Giner @gonzaloginer

—Una peli

—Memorias de África

—Una emisora de radio

—Una en la que se hable de cultura que junto con la educación es la base de todo.

—Una comida

—Jamón

—Una bebida

—Cerveza bien fría

—Playa o montaña

—Playa sin soltar de la mano a la montaña

Hasta aquí Rosa, una todoterreno, una voz que enamora, que hace olvidar a los consagrados el tiempo que pasan con ella. Que sabe qué pregunta y cómo lo pregunta. Entrevistadora y entrevistada; en Zenda, en El Español. Que a veces, muchas veces, admiro el relumbrón de sus «víctimas» —echar un vistazo a sus redes para engancharse y animarse a comprar—, que ven cómo ¡ha leido sus novelas! y ellos encantados. Que tengo ganas de abrazar a la «chiquilla» de Valentin, el de la madera, el maestro, el amigo que tanto me impresionó su fallecimiento hace muchos años. Gracias Rosa, no pases esta página, quédate un rato que un servidor hace lo poco que está en sus manos con también buenos escritores, viajeros, historiadores, periodistas, 'influencer', deportistas, fotógrafos, letrados, y todo aquel que tiene algo que contar. Por eso, por segunda vez te traigo a nuestro grupo, a esta breve y modesta entrevista, también para presumir de amistad contigo, Rosa, que pasas página. Pero quédate en esta un rato...




16.1.23

Entrevista a Arwen Grey

A través de la pantalla se ve perfectamente. No me atrevo a preguntar a nuestra entrevistada porque temo pecar de curioso. Ya bastante he conseguido con que esta interesante mujer me atienda y conteste a mi serie de preguntas. Pero sí, el paisaje que se ve detrás de ella es el rio Oria a su paso por este pueblo a dos pasos de San Sebastián. También se aprecia la silueta de una torre barroca. Luego supe que era San Millán. Pero sobre todo está el verde escandaloso, el verde de ver-dad. El color de esa tierra que hace contraste con el blanco nuboso de Euskadi. A lo lejos se adivina la capital, el señorío de Motrico, y la costa impresionante de olas de varios metros azotando las rocas. Verdes, blancos de espuma, gaviotas que sobrevuelan, el grisáceo de sus caseríos desperdigados. Tiene razón: ahora sé qué es el síndrme de Sthendal, que es lo que sufrió —tal como luego me dijo— nuestra escritora y ya mi amiga, sentada estratégicamente, sonriendo de principio a fin, entre la videocámara... y el Pais Vasco 'pata negra'. 

—¿Podrías presentarte a nuestro grupo?
—Soy Arwen Grey, autora de novela romántica. La mayoría de mis novelas son comedias, pero también tengo novelas históricas e historias con algo de misterio y dramas. En definitiva, un poco de todo. Parte de mis novelas son autopublicadas y otra parte las han publicado editoriales como Harper Collins o Ediciones Kiwi. Bueno, también decir que soy descendiente de Rosalía de Castro.

—Ya sé que es muy manido comparar los libros escritos con los hijos, pero no me resisto a preguntarte cómo se puede tener una familia tan numerosa y te vea tan campante, como si tal cosa. —Soy de esas raras que no considera comparables unas cosas con otras. Vamos, que será que no soy madre, a no ser mamá gatuna, que para mí mis libros son mis libros. Y no es que no esté orgullosa, que lo estoy, oiga, pero ya se sabe que para las madres todos los hijos son los más guapos. No considerar tus libros tus bebés tiene esa ventaja, que no te lo tomas tan a pecho cuando alguien los llama feos jaja. 

—He contado treinta y tres. Impresionante. Dime por qué te consideras una escritora de novela romántica políticamente «no correcta». Una explicación quiero. 
—No sé si es solo en la romántica o en la literatura en general, que se tiende a idealizarlo todo un poco. Lees a algunos autores y parece que el mundillo está lleno de gente maravillosa, compañeros que lo dan todo por ti, de lectores que te lo compran todo y más, que vendes millones… ¡Y no digo que para algunos no sea así! Pero hay cosas feas y no pasa nada por decirlas. De hecho, no decirlas hace daño, porque crea una imagen irreal. Supongo que yo soy esa persona que dice que no se vende tanto como se presume, o que no es necesario pelotear a diestro y a siniestro, o que algunos blogs solo te leen si regalas el libro… y a veces ni eso. Ahora se ha puesto de moda una tendencia según la cual los escritores también tenemos que ser expertos en marketing y redes sociales. Hay que bailar, saber hacer post perfectos y dirigidos a tu público. No puedes dar puntada sin hilo. Mi impresión es que se habla de todo menos de escribir… ¡Pero no se puede ir en contra del negocio y las modas! Tampoco son verdades tan tremendas, pero casi nadie las dice y hay a quien no le gustan y hace que te quedes un poco al rincón. 

—No pienso ponerte en compromiso y preguntarte por sus nombres. Pero no me digas que te han salido todos tus «niños» —servidor se permite seguir con esa ñoña metáfora— tan guapos y tan altos. 
—Precisamente mis personajes no son ejemplos de perfección ni belleza, así que te has equivocado de autora jaja. De hecho, a cada cual es peor y más desastre, pero son gente real, con problemas reales, así que me caen bien. A mí no me salen millonarios, con helicóptero ni buenorros. La perfección es aburrida. Si son perfectos, ¿qué recorrido tienen? 

—Que quede entre nosotros, aunque ya en 2014 decías que no era ningún secreto tu verdadera identidad, así que por qué Arwen Grey y no Macarena Sánchez Ferro. ¿Por qué tantos seudónimos en la novela romántica? 
—No hay pseudónimos solo en la romántica, los hay en todos los géneros, pero nos fijamos poco jaja. En mi caso, yo ni siquiera planeaba publicar, era un experimento. Le robé el nombre a uno de mis personajes. Era una autora de romántica que moría asesinada. Me pareció gracioso. Si llego a saber que iba a funcionar y que iba a vender algo, a lo mejor me habría pensado más lo del nombre. No es que quisiera ocultarme o que me avergonzase, pero sí pensaba en ese momento escribir otros géneros y era una forma de mantenerlos separados. De hecho, por entonces publicaba relatos en otros géneros con mi nombre real. 

—Si te digo que me recuerdas a Corín Tellado, te enfadas y me arrojas tus treinta y tantas novelas a la cabeza… o por el contrario me invitas a tapear por la parte vieja de San Sebastián. 
—Lo de insultar con la excusa de Corín Tellado es un clásico. Sin embargo, esa gran señora es una de las autoras más vendidas de la historia, modernizó un género, era una industria en sí misma. Y todo ella, solita. Vamos, que quién pudiera ser Corín Tellado. Así que te invito a Donostia cuando quieras. 

—¿Meto la pata si te pregunto cómo te inspiras para tus novelas? ¿Pones el oído atento a la vida y avatares de tus vecinos, amigos, compañeros, tal vez leyendo el Hola o te inspiras en grandes gestas, hechos heroicos? 
—Juro que la primera escena de una de mis novelas, una muy cachonda, está inspirada en mis vecinos, de una forma literal (ahora adivinad cuál). Siempre hay cosas que se te quedan y te hacen pensar en historias, desde un olor, una canción, una película, un libro… Incluso el hecho de que un profesor muy guapo del instituto, harto de que sus alumnas le hicieran ojitos, decidiera afearse para ver si así le dejaran vivir. Cualquiera que me lea sabrá que soy fan de las guerras napoleónicas, y no solo por los uniformes bonitos. El Hola… como que no es mi estilo. 

—La literatura romántica es a, ante, bajo, con, contra, de, desde, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre, tras las mujeres y solo mujeres? 
—¡Cada vez menos! De hecho, últimamente hay muchas novelas que se escriben desde el punto de vista de los dos protagonistas, chico y chica, donde los dos llevan el mismo peso, o incluso donde la historia se cuenta desde el punto de vista de él. Y qué decir de las novelas románticas LGTBI, donde triunfan las novelas protagonizadas por dos chicos, y son adoradas por todos los públicos. 

—¿Son compatibles el amor, el humor y la muerte? A tu obra me refiero. 
—Voy a ser sincera y decir que creo que soy incapaz sin escribir sin que caiga algo de humor. A lo mejor no es un humor para todos los gustos, pero haberlo... haylo. Hasta en los dramas más gordos, ahí está. Pienso que cuando la historia es muy terrible y a los protagonistas les pasa de todo, a veces es necesario aligerar un poco. Cuando solo pasan cosas malas, llega un momento en que tu cabeza dice: «no puedo más, a esta persona le pasa todo lo malo. Paso». No es solo que necesites descansar del sufrimiento extremo, sino que ya no te crees tanto drama y desconectas. Un poco de humor ayuda a que te relajes antes del siguiente golpe. (Uy, eso ha sonado cruel) 

—Dime algún escritor de novela romántica, si es que existen. 
—Claro que existen, y un montón, pero voy a recomendar a uno al que conozco y que tiene una obra inmensa y muy bien documentada: Enrique García Díaz. 

—Dime algo sobre tu última obra (dos relatos) recién publicada «La nube azul. La increíble historia de amor de Hans Gandía (y su Beatriz)». 
—Son dos novelas ambientadas en un pueblo de mala muerte llamado Venta del Hoyo. Las dos forman parte de una serie, pero como por ahora solo hay dos, se pueden leer tal cual. Cada historia es autoconclusiva. Los protagonistas son escritores y… especiales. Cualquiera que las lea verá que a mí lo de los millonarios guapos, altos y perfectos no me va nada. 

—Aconséjame una novela tuya para iniciarme en tu mundo literario. 
—Yo siempre digo que depende de lo que te guste. En mi caso escribo dramones y comedias, así que antes te preguntaría qué te gusta más. Si me dijeras que comedia, te recomendaría Solo cinco citas, por ejemplo. Si me dijeras que drama, te recomendaría Te lo daré todo, que es, probablemente, mi mejor novela, y a la que hay que ir sin ningún prejuicio. 

Finalizamos pidiéndote 
—Una ciudad, una provincia, y un país para vivir 
—Soy de pueblo y me quedo con él, Zizurkil. También me quedo con mi provincia, Gipuzkoa, aunque hay muchos sitios estupendos. Viví en Francia unos meses y no me importaría volver, pero siempre es mejor de visita, así que me quedo con España. 

—Un paisaje 
—El que veo desde mi terraza. Me compré esta casa por este paisaje. Cuando lo vi me dio un stendhalazo y aquí estoy, siete años después. Este paisaje cura el alma. 

—Una comida 
—Huevos fritos con patatas. Me gusta la comida sencilla. 

—Una bebida 
—Champán. Viví en Reims y ya no se me quita el vicio 

—Una peli 
—La fiera de mi niña 

—Un libro 
—Cumbres borrascosas 

—Una música 
—Tosca de Puccini. Para la ópera soy como los mafiosos de las pelis, lloro como una magdalena 

—Un sueño 
—Aquí me pongo seria, para variar: una cura, o al menos un tratamiento, para el Covid persistente 

—Un calificativo para esta inteligente, interesante, improvisada e inesperada entrevista 
—Divertida e interesante, que son dos. Soy escritora, no puedo parar 

—Una frase de despedida en euskera y en castellano. 
—Eskerrik asko nigan pentsatzeagatik. Hurrena arte! Muchas gracias por pensar en mí. ¡Hasta la próxima!

¡Anda que no! Entrevistador, te has creído un listo de vuelta, y te has encontrado con la horma de tus zapatos. Vamos a ver, si en el sur existen Aranchas, Gurutze, Aitores por qué no va a haber Macarenas en Donosti. Déjate de preguntas tontorronas, y esa lo fué.
Item más, anda que... sacar a colación a Corín Tellado pensando que la escritora se iba a molestar y resulta que es un referente. Bueno, al menos has sacado una invitación a unas birras y alguna esquisitez tapeodonostiarra.
Y con tanto y tanto que si literatura romántica femenina y te ha dicho que «los hombres, de Romántica, uuuuh». Toma nota, tío.
Y cómo se te quedado el cuerpo cuando te ha nombrado a Rosalía de Castro. Y claro que ahora te queda claro: la mirada de Macarena recuerda la de Rosalía, y la temática de una debe ser influencia de la otra. Hasta los paisajes del norte de España comparten la inmortal poetisa de ayer y la escritora de hoy. 
Bueno, aquí está Arwen Grey, prolífica escritora de 'novela-romántica-a-mi-manera'.

Antes de desconectar, se levanta de su sillón, rodea su mesa de trabajo y se aparta. Con ella su gato. Y miro, ahora sí, con descaro. Queda en la pantalla la corriente del Oria camino del mar. El viento sopla con fuerza de galerna. Gracias, Arwen Grey y hasta siempre.

https://www.rnovelaromantica.com/escritores/item/arwen-grey 


4.1.23

Entrevista a Gloria Carrasco, escritora de novela negra

«Siempre hay motivos para reir. Aunque sea de uno mismo»  (Gloria Carrasco) 


                  Quedamos en una cafetería de la parte alta de la ciudad con unas vistas espectaculares. Viene acompañada por un señor que me presenta como Might. Saluda este, y se va. Me quedo con Gloria y nos afanamos, tímidos, en mirar y admirar el panorama que se extiende bajo nosotros: la desembocadura, la ría que forman las marismas del gran rio y la hilera de coches que transitan por los puentes. Permanecemos en silencio ambos mientras llegan los cafés pedidos. Cuesta romper el hielo entre dos desconocidos pero cuando se ha resquebrajado, no dejamos que vuelva a unirse por efecto del frío antre dos desconocidos. Luce Gloria una gran sonrisa y una camiseta diseñada, me dice, por ella misma que consiste en un precioso mandala a base de círculos concéntricos con claras influencias de lejanas y exóticas religiones. Me mira a través de las gafas y percibo que sonríe, también, con sus ojos.

Mientras vemos alejarse al acompañante —¿Por qué casi siempre, me pregunto, tiene que haber algún acompañante cuando me cito con alguien?— me dice que se trata simplemente del personaje de algunas de sus novelas, ¡un detective! Yo la miro, a Gloria, y casi se me atraganta el café. Abajo, las lenguas de agua reflejan plateados los rayos del sol ya declinando frente a nuestra atalaya. La tarde invernal, casi primaveral, se precipita sobre nosotros. El año apenas ha despuntado en el calendario...

—Preséntate para que te conozcamos en este grupo tan majo y enrrollao que es El pincel de bambú.           —Mi nombre es Gloria Carrasco, aunque estudié química para trabajar en una fábrica, siempre me han gustado los libros y escribir. Escribía en mis ratos libres. En el confinamiento, cuando me quedé parada, decidí hacer lo que verdaderamente me gustaba y dedicarme en profundidad a publicar libros y diseñar. Soy diseñadora gráfica, escritora y portadista, entre otras cosas.

—Un repaso por tus redes me han llevado a definirte como un «todoterreno» cultural. ¿Cierto?                  —No tanto. Es cierto que llevo unos años centrada en libros y en enseñar mi trabajo. No tanto como mi vida personal o mis hobbies.  

—En el colegio imagino que arrasabas escribiendo. Y seguro que llevabas un diario. ¿Lo harías público alguna vez?                                                                                                                                                      —Más que un diario, era una libreta que yo siempre llevaba para escribir las cosas me hubiera gustado que pasaran o diálogos que escuchaba que me resultaban interesantes. No es un misterio para nadie, en casa ya sabían que yo prefería vivir en la luna.     

—¿Cuales fueron tus lecturas en las distintas etapas de tu vida?                                                                  —Muchas, muy distintas, desde El principito, hasta Asesinato en el Orient express. Stephen King y Agatha Christie siempre han descansado en mis estanterías. También a John Kazenbach, Domingo Villar... Todo investigación, que era lo que me llamaba. 

—¿Escribes porque lees? ¿Una cosa lleva a la otra?                                                                                      —Escribo como un impulso para salir de la rutina que vivo. Para poder expresarme libremente de verdad. Aquello que quiero decir, que quiero vivir o que quiero hacer. Y soy de las que piensan que para escribir, antes hay que leer. 

—Yo opino que una imagen no siempre vale más que mil palabras ¿opinas igual?                                        —Pues como diseñadora que puede manipular una imagen como quiera, no, no puedo opinar lo mismo. En una imagen hay millones de historias. La diferencia está en los ojos que la vean.  

—Cinco libros, cinco hijos. No me digas que el último que eso es una respuesta hecha. Dime tu preferido.  —Sangre para seis. Fue el libro con el que más me he divertido porque tiene muchas acciones 'gore' con las que me pude revelar como quisiera con cada personaje y no tenía que centrarme tanto en datos correctos o mucha más información que la que ya existía. 

—Te caracterizas por los relatos breves ¿Lo breve bueno es doblemente bueno?                                        —Me gustan los relatos breves porque no hay rellenos innecesarios ni diálogos interminables. En un libro de 150 páginas, puedes escribir una gran historia. Yo, a veces, leo comentarios de personas en redes que dicen, «500 páginas y dos años», eso para mí es impensable. Cuando yo escribo, siempre estoy revisando, corrigiendo, cambiando, añadiendo, ... Y si sale un libro de 150 páginas, pues vale, no es necesario hacer una historia tan larga. Lo importante es el porqué y no el cuánto. No es una carrera ni nadie es mejor que nadie por escribir más páginas.  

—Yo opino que escribir una novela negra o de intriga, o policíaca es sumamente complejo pues es como un enigma o acertijo, o puzzle a resolver, ¿es así?                                                                                            —Para mi sí. Un crimen o una investigación necesita de muchos datos y que el lector no se entere de quién es el asesino hasta el final, o al menos, que la historia le enganche desde el principio. Siempre es difícil crear la historia perfecta porque no existen lectores perfectos. Entonces, quien escribe, tiene que centrarse en escribir una buena trama y crear unos buenos personajes, lo demás, lo deciden otros. 

La ruta del Llop; La llave número 13; El silencio de Molly; Hacerse humo; Sangre para seis. ¿De dónde has bebido, cuáles escritores te han enseñado a escribir?                                                                       —Agatha Christie y Stephen King son mis profesores. De ellos he leído la mayor parte de sus obras. Igual, cada vez que leo a cualquier persona, siempre aprendo algo porque nunca dejas de aprender técnicas nuevas. Me gusta cuando leo un libro y pienso ¿Por qué no se me ha ocurrido a mí? 

—¿En qué mundos andas para escribir? Dinos tus proyectos.                                                                         —Mis mundos son muy extensos. En noviembre terminé de escribir La isla de Haminjga que es una fantasía urbana. Es algo que salió de un relato corto para una convocatoria en la que no me aceptaron. También estoy escribiendo un thriller y varias investigaciones de mi detective Might. Todo siempre en la oscuridad.  

—Termino pidiéndote:

—Un pais o paisaje                                                                                                                                            —Andorra

—Playa o montaña                                                                                                                                          —Playa

—Una comida                                                                                                                                                 —Puchero de la mamá

—Una bebida                                                                                                                                                     —Café

—Un libro                                                                                                                                                      —El secreto de la diosa, de Lorenzo Mediano

—Una música                                                                                                                                                    —The reason, de Hoobastank

—Una peli                                                                                                                                                        —10 razones para odiarte

—Un calificativo para esta entrevista                                                                                                                —Corta

—Una despedida y una petición a los Reyes Magos                                                                                        —Salud y suerte. Espero que os traigan mucho carbón que de regalos estamos sobraos.

Damos por finalizada la entrevista formal, que me deja pensativo ante el calificativo de «corta» sin más, y en vista de que no reaparece el detective Might, me atrevo en indagar sobre esta joven escritora, con un porvenir literario prometedor. Pero no todo es literatura. Me doy cuenta de que existe química entre los dos —se lo digo y sonríe sin llegar a reir abiertamente— y compartimos chismes de nuestra profesión A, que si el Cloruro sódico (nos negamos a denominarla sal para darnos importancia) que vemos en la lejanía, que si los «fosfoyesos», que si la tabla periódica de los elementos. 

Pero también de sus aficiones, de sus inquietudes y de sus sueños. Le gusta la playa y me señala el horizonte donde están sus paraisos veraniegos de 120 km. de arena donde Gloria se inspira en urdir historias y tramar argumentos. Vive para formar —lleva media docena— de historias para leer y disfrutar los amigos del 'trhiller', mejor dicho... novela negra o de intriga.

En definitiva no regresa Might, el acompañante: ha caido la noche sobre la ciudad. Solo un breve resplandor anaranjado típico, hermoso, de Huelva, la ciudad donde, caminando, se adentra Gloria Carrasco, escritora. Que paga los cafés.


                                                 «Fin, pero no es un final (Gloria Carrasco)

11.12.22

La marea


Así, tal que una ola sucede a otra, y a esta, otra, y otra y otra, las mareas van arrastrando la arena que forma y conforma un territorio. Pero es un proceso lento porque a una pleamar sucede una bajamar, un día y otro hasta que el territorio, sin saber cómo ni por qué, ni para qué, aunque sí sabendo quién, va arañando, socavando los cimientos de una nación, de la nuestra, de este solar a veces grandioso, a veces misarable pero que es nuestra tierra, nuestra madre, la que cada día despierta y trabaja, y se divierte, y festeja, y come y bebe como si no hubiera un mañana. Tierra de nuestros mayores, bañada por mares y océanos. Tus ciudadanos, España, parecemos mudos, sordos y ciegos mirando cómo las olas van y vienen como si fuera la marea futil de verano en lugar del temporal inmisericorde de invierno en forma de distorsión golpeando el Estado. España se desarbola, y yo me niego a aceptarlo, a no emitir siquera un gesto humlde de protesta, que no de dolor o falso patrioterismo o nostalagia. España se está quedando sin arenas donde se sustentan los pilares que nos asientan a la tierra. Quienes nos dirigen desde el puente de mando están dejando a las ratas que gobiernen este barco a la deriva. Mi grito es...
¡Yo No Me Callo La Boca!,
¡Yo No Cierro Los Ojos!
¡Yo No Me Tapo Los Oidos!
Texto y foto: JABM
Mayte Ro Ma, Elena Lopez Herrero y 3 personas más
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2.9.22

Entrevista a Mari Paz Díaz Dominguez «mujer celebre de Andalucía»


—Me gustaría que te presentaras para nuestros amigos de El pincel de bambú

—[...]


[Ya desde la primera 'pregunta' —que el entrevistador tiene como forma usual de abrir los diálogos—, la entrevistada marca las diferencias. Mari Paz elude la petición porque sabe que la mejor presentación de cualquier persona es su obra y la forma de expresar sus pensamientos y sentimientos. Mari Paz trasmite exactamente eso, paz. Acordamos la cita en pleno centro de su pueblo. Paseamos por su plaza principal, llamada de las Monjas, y decidimos continuar por sus calles, junto a la torre gemela de la giralda sevillana. No podía ser de otra manera: el tiempo, tal como detenido, vuela, charlando y empapando al entrevistador con las lecciones de esta mujer]. 


—Echando un vistazo a la información sobre ti veo parte de tu producción literaria. "Historia de la prensa escrita de Huelva" "Cincuenta años en la prensa de Huelva" "De las gazetas a las páginas digitales (1810-2010)" y numerosos artículos, actas, congresos, jornadas, conferencias, presentaciones, colaboraciones, estudios sobre el desarrollo de la prensa. Un extenso historial por el cual te considero autorizada para responder. ¿Qué papel ha jugado hasta hoy la prensa en el mundo, en España, en Huelva en particular? 

—La prensa y los medios de comunicación en general —incluyendo radio y televisión— han jugado siempre un papel fundamental en la sociedad, siendo un elemento imprescindible como garante de la democracia. La libertad de expresión y el derecho a la información son dos elementos necesarios para el ciudadano de cualquier país. Prueba de ello es el hecho de que, en las sociedades totalitarias, los medios están controlados por el poder. Este es el principio de la manipulación social y, por tanto, del votante. Por este motivo, contar con una prensa, unos medios, libres en los que los profesionales puedan ejercer su labor profesional con independencia será beneficioso para todos, pues sólo en un sistema democrático podremos saber realmente lo que sucede a nuestro alrededor y en el resto del mundo sin condicionantes ni mensajes mediatizados por intereses ocultos. 


—¿Está muerta la prensa en papel o aún hay esperanza? 

—El debate sobre el futuro de la prensa escrita lleva muchos años siendo analizado por especialistas, profesionales de la comunicación e investigadores en general. Desde mi punto de vista, la prensa en papel continuará viva, pero tendrá que adaptarse a los nuevos roles sociales que se vayan configurando a partir de los avances tecnológicos. Ya hace casi un siglo se planteó este mismo debate entre la radio y la televisión. El descubrimiento de la pequeña pantalla se pensó que era la muerte de la radio. Y, sin embargo, las ondas han sabido adecuarse a un oyente que es bastante fiel. Algo similar pienso que puede suceder con la prensa. Es probable que en un futuro —que ya es casi presente— no existan los diarios tal y como los hemos conocido, pero continuarán siendo una vía muy valiosa para analizar y conocer en profundidad las noticias. Cada uno de los medios tiene su rol. Y todos se complementan. Puedo ver las noticias en televisión, conocer algún acontecimiento de última hora en la prensa digital y, luego, leer reportajes más amplios en mi periódico de siempre, por poner un ejemplo. Todo suma. 


—«Periodismo, Comunicación, Historia, Prensa, Mujer» son los encabezamientos de grandes temas que coronan tu curriculum. ¿Te va bien con ese orden de importancia o lo alterarías? 

—Pues, me considero una persona dinámica, a la que le gusta mucho aprender, de ahí que no sepa muy bien qué responder a este tipo clasificaciones. Prefiero pensar que no es necesario elegir entre esto y lo otro, pues todo forma parte de diferentes aprendizajes. Comencé a investigar cuando estudiaba Periodismo en la Universidad de Sevilla, centrándome entonces en temas de Moguer y escribiendo cada año en la revista moguereña Montemayor. Luego, cuando hice Historia en la Universidad de Huelva fue adquiriendo nuevas herramientas que me fueron ‘enganchando’ a esta actividad. Pero, el punto clave fue cuando realicé el doctorado, donde pude estudiar la trayectoria de la prensa onubense a lo largo de su historia. Un tema que, a su vez, me llevó a indagar sobre la mujer, porque me llamó mucho la atención que no hubiera ninguna firma femenina en la prensa hasta prácticamente el último tercio del siglo XX, siendo, en la actualidad, una profesión ocupada mayoritariamente por mujeres. En definitiva, la investigación es un campo inagotable, pues un trabajo te va llevando a otro, como me ha sucedido, por ejemplo, con las escritoras de Huelva y con las literatas relacionadas con Juan Ramón Jiménez. Una vez que empiezas, es difícil dejarla atrás. 


—En 2007 fuiste galardonada en Huelva con el Premio Historiador Díaz Hierro. ¿Fué un antes y un después en tu carrera?¿Cuál fue la obra premiada? 

—La obra galardonada fue Historia de la prensa escrita de Huelva. Su primera etapa (1810 – 1923), que formaba parte de mi tesina, es decir, la primera parte de mi tesis, un estudio mucho más amplio que abarca dos siglos de la historia de la prensa de Huelva. Para mí fue un gran honor recibir este premio de tanto prestigio, sobre todo por compartirlo con grandes investigadores onubenses. ¿Si fue un antes y un después? Bueno, a nivel personal, es cierto que a todos nos gusta que nos reconozcan nuestro trabajo, pero realmente no cambió mucho, dado que la investigación sobre la prensa de Huelva la hice porque me apetecía, en mis ratos libres y en el marco del Doctorado de Historia de la Universidad de Huelva. Un trabajo que me llevó varios años, dado que fue un estudio muy amplio y lo llevé a cabo fuera de mi horario laboral. Pero me ayudó muchísimo a crecer como persona, al tiempo que me dio la oportunidad de introducirme en el mundo de la investigación de la mano de la catedrática en Historia Contemporánea, María Antonia Peña, a la que siempre le estaré agradecida por todos los conocimientos que me aportó en esta etapa. 

Viéndolo con perspectiva, este premio quizás sí fue un antes y un después para dar a conocer mi labor como investigadora, que, hasta entonces, era prácticamente desconocida, salvo para mis más allegados. Todos me identificaban como periodista y, sobre todo, como presentadora de informativos y entrevistadora de la televisión, pues llevaba varios trabajando en Atlántico Televisión, una etapa que recuerdo de forma entrañable, por el cariño que siempre recibí de los espectadores. Por este motivo, el ‘Díaz Hierro' supuso que la gente descubriera esta otra faceta, paralela a mi labor periodística. 


—¿Un periodista se hace o nace? 

—El periodismo es una profesión muy vocacional. Todos los periodistas lo saben. Muchos llegan a serlo de forma casual y otros, lo tienen claro desde niños. Sea como sea, el mundo de la comunicación te atrapa, porque, a pesar de sus sinsabores, de que, normalmente, te quita mucho más de lo que te da, es una profesión apasionante. Yo soy una enamorada del periodismo y, aunque la vida me vaya llevando por otros ámbitos, considero que nunca dejaré de ser periodista. De una u otra forma, estoy segura de que siempre seguiré ligada a esta bonita profesión.


—Yo opino que valen más mil palabras que una imagen ¿y tú? 

—El poder de la imagen es indiscutible. Todos aceptamos lo que vemos, pero no siempre creemos lo que nos dicen. Un “te quiero” deja de tener valor si te enseñan una foto de esa persona besando a otra. Sin embargo, debemos tomar esta máxima con precaución. Vivimos en la sociedad de la imagen. Los niños y jóvenes tienen constantes estímulos en movimiento, cada vez más impactantes, a través de las pantallas a cualquier hora del día. Les cuesta, a veces, leer un párrafo de diez líneas. Demasiado aburrido para sus ojos. Pero, ninguna imagen podrá nunca hacernos sentir lo que consigue, por ejemplo, una poesía. ¿Acaso alguien es capaz de mostrar una imagen que pueda competir con el desgarrador mensaje de Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda o en las Bodas de Sangre de Federico García Lorca? ¿Alguna foto puede describir mejor el asfixiante ambiente que vive la protagonista de Nada, de Carmen Laforet, en la Barcelona de la posguerra? Lo dudo. Podría poner muchos ejemplos. Y no olvidemos la facilidad que existe hoy en día para manipular esas imágenes. El Photoshop y los filtros están al alcance de todos y las redes sociales con su mundo idealizado e irreal son una clara prueba de ello.


—¿Dónde te encuentras más a gusto, frente a una cámara de TV como presentadora de noticias o ante una pila de periódicos amarillentos escrutando declaraciones de nuestros predecesores? 

—Son dos actividades completamente distintas e igualmente enriquecedoras. Disfruto mucho en cualquier ejercicio que implique comunicación, ya sea delante de la cámara, ante un micrófono, realizando un reportaje o enseñando. Creo que saber comunicar te acerca a la persona que tienes delante, al receptor, creándose un vínculo muy especial. Por este motivo, me gusta mucho ser periodista y comunicadora en general. Pero también debo decir que la investigación, en cierto modo, me ha salvado varias veces la vida. Se trata de un ejercicio solitario, de introspección, de estar con uno mismo, que nos mantiene activo y nos enriquece mucho, por lo que nos ayuda a superar los malos momentos. Cuando he vivido situaciones difíciles, he dedicado mi tiempo a leer, a estudiar, a investigar…, y, todo esto, me ha ayudado a comprender lo sucedido, a aceptar aquello que uno no quiere aceptar, a que el tiempo pase. 


—¿Han cambiado las formas y los fondos de los políticos al cabo de los tiempos? 

—La vida se ha hecho más complicada en las últimas décadas. Y el mundo de la comunicación y su relación con la política, también. Cada vez se cuidan más los tiempos, los detalles, las declaraciones de los representantes de los poderes políticos, al ser conscientes de la enorme repercusión que tienen sus acciones. Cualquier desliz se hacer viral ante millones de potenciales espectadores en cuestión de segundos a través de las redes sociales. Y esto ha provocado que, quizás, la relación entre los políticos y los periodistas se haya vuelto más organizada, más estudiada, que décadas atrás. Una foto inadecuada puede acabar con la carrera política de alguien que hacía unos días tenía un futuro brillante. Esto provoca que todo se cuide más. 


—¿Nacer en Moguer, ser paisana de Juan Ramón imprime caracter cultural? ¿No crees que está poco valorado, es poco conocido el Moguer juanramoniano?

—Muchas veces he comentado con amigos que algo debe haber en Moguer que hace florecer la cultura, dado que son muchos los paisanos que son excelentes representantes culturales en sus diferentes manifestaciones. No sé si se deberá a ese espíritu juanramoniano, pero está claro que se dan condicionantes que animan al desarrollo de propuestas literarias, pictóricas o de cualquier otro tipo. No olvidemos que el propio Juan Ramón se inspiró en Moguer para su obra más célebre, Platero y yo, donde supo describir como nadie su pueblo natal. En cuanto a si es conocido o no, quizás necesita una mayor difusión entre la ciudadanía a nivel general, porque sí es cierto que hay un colectivo interesado en la cultura que valora ese magnífico legado de Juan Ramón. 


—¿Cómo es Moguer? ¿Te atreverías a describirlo y darlo a conocer a través de la palabra? 

—Moguer ya lo describió de forma insuperable Juan Ramón: “como un pan de trigo, blanco por dentro, como el migajón…” o como “la luz con el tiempo dentro”. Yo diría que es el lugar al que todo moguereño siempre quiere volver. 


—Dejo para el final tu vena investigadora con relación a la mujer. Te voy a lanzar una pequeña provocación: opino que Juan Ramón hubiera sido el mismo grande de la Lírica sin Zenobia; es más, opino que Zenobia es famosa gracias solo a su matrimonio con el «andaluz universal». Díme. 

—Evidentemente, Juan Ramón era un genio y uno de los más grandes escritores que ha dado nuestro país, independientemente de los que le rodearon a lo largo de su vida. Lo que sí creo es que Zenobia le aportó la estabilidad, el sostén, necesario para que desarrollara su amplísima trayectoria literaria. Juan Ramón, con sus inseguridades y sus miedos, necesitaba una persona que le aportara ese equilibrio que le dio Zenobia. De hecho, tras la muerte de su esposa, se fue apagando poco a poco. Es cierto que es conocida por ser la compañera de Juan Ramón. Les ha ocurrido a otras muchas mujeres de escritores. Pero, afortunadamente, cada vez hay más estudios e investigaciones que nos están descubriendo a Zenobia Camprubí a secas, sin apelativos, como persona independiente. En esos trabajos se está revelando que fue una mujer extraordinaria en muchos aspectos. Quien la conoce, se enamora de ella.


—Sé que eres una apasionada, y entendida de la vida y obra de algunas escritoras onubenses; y de escritoras poco conocidas. Recomienda una en concreto para leer. ¿Cuál de ellas tuvo una vida apasionante, de verdadero interés, que merezca la pena? 

—A cualquier lector le sorprendería descubrir la vida de muchas de estas escritoras onubenses, porque realmente fue apasionante, incluso desde nuestro punto de vista de ciudadanos del siglo XXI. Todas ellas fueron valientes, inteligentes y tuvieron la capacidad de enfrentarse a un mundo que les relegaba al hogar como esposa y madre. Sin embargo, desafiaron los cánones impuestos para desarrollar su creatividad, de ahí que muchas se hicieran escritoras, dado que les permitía expresarse. Además, la literatura les abrió otros caminos. En este aspecto, una de las figuras femeninas de Huelva más icónicas, sin duda, es la de María Luisa Muñoz de Vargas, cuya vida y obra se está poniendo en valor en los últimos años por su destacada trayectoria como escritora, traductora y periodista. Pero, afortunadamente, no fue la única. Incluso, contamos con dramaturgas y autoras de novelas de suspense.


—¿Es el feminismo atemporal? Es decir, ¿vale el feminismo de ayer para toda ocasión y circunstancias de hoy? 

—Las mentalidades, evidentemente, han ido cambiando a lo largo de la historia. Y el feminismo también ha ido evolucionando. Lo que no cambiará nunca es su esencia de lucha por conseguir una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres. Y así lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE), donde podemos leer que el feminismo es el “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”. 


—¿A quién te gustaría investigar sobre su vida o su obra? ¿Qué retos tienes por delante? 

—Afortunadamente, continúo con muchas ganas de investigar y de llevar a cabo nuevos proyectos que espero que puedan ver la luz en el futuro. Son estudios de temas diversos que, por el momento, me gustaría no desvelar, hasta que no tengan un poco más de forma. Ojalá puedan contar con el apoyo necesario para que puedan ser desarrollados. 


—Si hace un siglo era normal firmar con pseudónimos, y tú lo sabes bien, por qué hoy tres escritores han de ocultarse tras el nombre de una mujer. ¿No estaremos retrocediendo y volviendo a las andadas o todo es cosa de la mercadotecnia? 

—Bueno, es cierto que se está haciendo la comparativa entre ‘Carmen Mola’, nombre utilizado por los tres autores ganadores del Premio Planeta 2021, y las escritoras de otro tiempo que se veían obligadas a ocultar su identidad detrás de un seudónimo por el simple hecho de que estaba mal visto que una mujer escribiera. Sin embargo, creo que son dos cuestiones completamente distintas. En el segundo caso, aquellas escritoras tenían miedo al rechazo, a tener consecuencias negativas en su vida por desarrollar su creatividad. En cuanto a Carmen Mola, todo parece ser fruto del marketing. El crear misterio ante una figura desconocida es una herramienta muy antigua con trasfondo comercial. El hecho de elegir a una mujer, además de jugar al despiste, quizás se deba al boom que está teniendo la literatura escrita por mujeres en los últimos tiempos. Sea como fuere, si sirve para que la gente lea, bienvenido sea, aunque está claro que se trata de dos fenómenos completamente diferentes. Uno tiene un matiz publicitario, otro de desigualdad social. 


—Y hablando de retroceder ¿qué te ha parecido esta entrevista a una periodista por un no-periodista? 

—Ha sido un placer, José Antonio. Aprobado con nota.

[Por primera vez Mari Paz ríe con ganas. Quiero creer que es sincera la «nota» a este entrevistador necesitado de alimento de su pequeño ego]


Termino pidiéndote: 

—Un paisaje 

—Un atardecer en cualquier playa de Huelva. 

—Una comida 

—La de mi madre. Los sabores de la infancia son para siempre. 

—Una bebida 

—Agua. 

—Un lugar para vivir 

—Moguer.

—Un momento 

—El nacimiento de mi hija. 

—Una afición

—El cine. 

—Una lectura 

—El libro que estoy leyendo ahora es El infinito en un junco, de Irene Vallejo. 

—Una peli

—Mi vida sin mí, de Isabel Coixet. 

—Un sueño no realizado aún 

—Volver a ser mamá. 

Pues gracias, Mari Paz. Siempre me ocurre con estas mis peculiares entrevistas, procuro que nadie se extienda, que sintetice. A veces me hacen caso, a veces no. Llevo en mi dispositivo (que bien podría ser un magnetofón de los años setenta para estar a la altura de esta «mujer célebre de Andalucía») un simple teléfono móvil donde guardo estas doctas respuestas de la periodista, de la investigadora... de la mujer, y he decidido no desperdiciar una sola palabra. Particularmente me ha servido de lección el conocer la opinión de Mari Paz sobre la prensa, sobre su necesaria presencia en la sociedad. Coincidimos en muchas cosas y he aprendido muchísimas otras. Ni una palabra de esta larga conversación puedo dejarla sin darles la utilidad de ser leidas por quien sienta curiosidad e interés. Mari Paz se despide: el tacto de su mano es cálida; su sonrisa, fresca y suave; su voz, sobre todo, clara en la forma pero sobre todo, ante todo, en el fondo, en el mensaje. Su mirada directa —como gran profesional del periodismo y del estudio— me deja un estupendo sabor de boca. Siento gran alegría de contar entre mis entrevistados con grandes personas y estupendos profesionales. A las pruebas me remito. 

Mari Paz vuelve la esquina de una calle blanca de Moguer y se aleja.                                    Un burrito «peludo y suave» trota regalando los ecos sobre el empedrado, y el sol recalienta aún más las encaladas paredes. A pocos metros, el «dios» duerme para siempre junto a su compañera. Su legado no morirá porque existen y existirán siempre mujeres como Mari Paz Díaz Dominguez y otras. Que tus sueños se cumplan. Gracias.    




 

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