24.10.19

Se trata de la vida

Ante la extracción, sustracción y destierro de los restos de Franco de su tumba del Valle de los Caidos, uno no puede dejar pasar la ocasión para opinar sobre este hecho inédito en nuestra reciente Historia. No puedo callar pues me considero un "hijo" directo de la guerra civil y por consiguiente de la etapa franquista en la que mi padre (que seguramente hubiera sido fusilado, o enviado a defender obligatoriamente frentes comunistas lejanos, de haber fracasado el levantamiento militar el 18/7/36) formó su familia.
Yo fui criado y educado, como muchos millones de españoles, en el franquismo y además para feliz colmo me enamoré y me casé con la nieta de un socialista fusilado en septiembre de 1936 (...).
Así, tenemos hijo de falangista casado con hija de socialista en julio de 1975 con Franco aún vivo.
En nuestro viaje de novios recorrimos España y también pasamos un par de horas (ver foto) en el Valle de los Caidos, rodeados de turistas y visitantes, viendo cómo la España en blanco y negro se difuminaba en nuestro horizonte.

El nuevo matrimonio (consecuencia afortunada de las "dos Españas") se dedicó –completamente desideologizado, olvidando historias del pasado ¡hasta la actualidad!– a recibir alborozado la Democracia que se abría a todos, a aceptar la Reconciliación entre españoles y a votar y vivir la Constitución, a recibir con los brazos abiertos a los nuevos políticos, procedentes del exilio y de la España tardofranquista, y a escucharlos y a votarlos cada cual en su conciencia. Y ambos nos dedicamos a trabajar, a crear una nueva familia –tres maravillosos hijos que ya nos han dado cinco nietos– ya sin recuerdos nefastos de contiendas pasadas aunque sin olvidar. Se dedicó el matrimonio a trabajar, a pagar sus impuestos y a educar a los hijos en el respeto y la tolerancia sin echar la vista atrás más que para recordarles y enseñarlos que eran nietos del "caralsol y de la internacional" por lo que absolutamente conscientes de que el sectarismo y el rencor eran cosas del pasado bien pasado.
Pero una nueva generación de políticos, ¿ajenos? ya a la guerra civil, llegó y al parecer creyeron insuficiente la reconciliación entre españoles de 1978. Y se redactó una "ley de memoria histórica" con la que se pretende revisar-corregir-rectificar lo que hasta entonces creíamos cerrado, a falta de buscar a los asesinados, desaparecidos e injustamente enterrados en cunetas. Y el Parlamento convalidó un decreto ley, en aplicación de la misma, para exhumar a Franco (en mi opinión con los votos resentidos de la bancada "progresista" y con el voto abstencionista, acomplejado y cobardón de la bancada "conservadora"), así pues un triste, apagado, melancólico, adusto, mohino presidente del gobierno en permanentes funciones se ha propuesto sacar, mostrar, airear y pasear los restos del anterior jefe del estado.
Yo no tengo más que mi modesta opinión al respecto y no recibo consignas de ningún partido o asociación, pero creo que una lápida con un brevísimo y escueto texto explicativo sobre Franco –consensuado por el Parlamento–, hubiera sido mucho más digno y de honorable altura de miras colocado sobre la losa de la basílica-mausoleo.
AQUÍ YACE FRANCO
AMADO, ODIADO, RECORDADO, IGNORADO...
1936-1975

...o algo así.
Que la Historia siga su marcha poniendo a cada uno en su lugar merecido, muertos y vivos, pero que mi opinión nada nostálgica, reavivados los recuerdos por determinados dirigentes, no permanezca silenciada en mi corazón y quede constancia de estas palabras atropelladas y políticamente (in)correctas.
Ya seguiré a partir de hoy viviendo más libre. Eso espero pues siempre estaré orgulloso de mis mayores y de mi maravillosa familia.
Fdo: Jose Antonio Bejarano y Carmen Álvarez