11.12.22

La marea


Así, tal que una ola sucede a otra, y a esta, otra, y otra y otra, las mareas van arrastrando la arena que forma y conforma un territorio. Pero es un proceso lento porque a una pleamar sucede una bajamar, un día y otro hasta que el territorio, sin saber cómo ni por qué, ni para qué, aunque sí sabendo quién, va arañando, socavando los cimientos de una nación, de la nuestra, de este solar a veces grandioso, a veces misarable pero que es nuestra tierra, nuestra madre, la que cada día despierta y trabaja, y se divierte, y festeja, y come y bebe como si no hubiera un mañana. Tierra de nuestros mayores, bañada por mares y océanos. Tus ciudadanos, España, parecemos mudos, sordos y ciegos mirando cómo las olas van y vienen como si fuera la marea futil de verano en lugar del temporal inmisericorde de invierno en forma de distorsión golpeando el Estado. España se desarbola, y yo me niego a aceptarlo, a no emitir siquera un gesto humlde de protesta, que no de dolor o falso patrioterismo o nostalagia. España se está quedando sin arenas donde se sustentan los pilares que nos asientan a la tierra. Quienes nos dirigen desde el puente de mando están dejando a las ratas que gobiernen este barco a la deriva. Mi grito es...
¡Yo No Me Callo La Boca!,
¡Yo No Cierro Los Ojos!
¡Yo No Me Tapo Los Oidos!
Texto y foto: JABM
Mayte Ro Ma, Elena Lopez Herrero y 3 personas más
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