22.1.23

Entrevista a Rosa Sánchez de la Vega (Rosa Pasapágina)

«Mis pasiones, los libros y el micrófono»

No conozco a Rosa personalmente —lo prefiere a su sobrenombre 'Tamay', y yo también— pero tuve la oportunidad de conocer a sus abuelos, a sus tías, la casa familiar donde algunos ratos pasé en mi infancia, donde el sol inundaba el taller atravesando una claraboya levantando nubes de polvillo de madera, formando figuras caprichosas al atravesar sus rayos a la caida de la tarde. Allí su abuelo Jenaro trabajaba el noble material de la madera tallando y ensamblando hermosos muebles. Pero allí conocí también a su padre, el padre de Rosa, un hombre bueno, cariñoso, cercano. Que falleció con lo cual me enteré de que la Muerte llega a todos... en cualquier momento. Me impactó aquello. Pero como la vida tiene infinitos vericuetos, hete aquí que me encuentro —bueno, ya hace un tiempo— con la hija, a la que, ya digo, no conozco en persona. Pero no deseo hablar de mi, sino de Rosa.

He seguido su trayectoria literaria, y por fin su trayectoria radiofónica como entrevistadora de escritores, de las últimas obras de grandes escritores. La admiro, la envidio, la sigo, le copio su estilo ahora que también entrevista en la prensa escrita. 

Hoy, El pincel de bambú tiene la suerte de volver a presentarla...

—Aunque ya te entrevisté hace tiempo con motivo de tu última novela ¿Por qué ahora?, preséntate de nuevo, por favor.

—Rosa Sánchez de la Vega. De Hervás aunque caacereña de nacimiento. Madrileña de adopción. El micrófono y los libros, dos grandes pasiones.

Coordino y dirijo desde 2018 el programa quincenal que aborda temas como «La historia de libro» alternando con programas de temas culturales. (Cadena Ser Salamanca).

Ese mismo año empiezo a colaborar con el programa semanal de Radio Intereconomía  sobre temas culturales «Ratones de biblioteca»

En 2019 formo parte como subdirectora del programa semanal «La Coctelera» de Radio Inter. Y dirigí una sección propia dedicada al mundo de la literatura, libros y entrevistas a autores/ras.

En 2020 comienzo un programa de Podcast en la Cadena Ser con entrevistas a autores top de los grandes sellos editoriales, con una excelente crítica y seguimiento.

«Autoras de palabra con Rosa» es el nuevo programa de magaSIN (@magaSin) del periódico de EL ESPAÑOL (@Elespañol) en el que conduzco este podcast de conversaciones distendidas con las escritoras top literario del panorama nacional e internacional. Un espacio en el que cada autora desgrana su obra de forma apasionada durante toda la entrevista.

En mi recién estrenada página web: https://rosapasapagina.es/ se pueden escuchar y ver todas las entrevistas, ruedas de prensa y estar al día de próximas publicaciones. Además ha unido sus fuerzas con https://www.todoliteratura.es/ @todliteratura. Os animo a que os suscribáis. Es gratis.

Además, soy escritora y autora de novela y relatos, con la que he conseguido distintos premios. Columnista del periódico  @laaldaba  de Extremadura y Castilla y León, donde publico mensualmente relatos.

Redactora de la revista cultural «Pasa página»  @revistapasarpagina la que también publico mensualmente un relato.

—¿Cuándo empezaste con la radio?

—Comencé en el 2018 dirigiendo y coordinando un programa quincenal de cultura.


—No me digas que pondrías el mismo mimo con una alcachofa de la SER que con una de Radio Villarriba de Abajo entrevistando al poeta-cultureta del pueblo.

—Dejarse llevar por ideologías políticas, religiosas… estatus social… o lugar de nacimiento, demostraría ser poco respetuoso.

—¿Por qué «pasapágina»?

—Adentrarte en un libro e ir pasando páginas. Avanzar sin olvidar los capítulos anteriores y dar ese paso con todo lo vivido. Eso es Pasar página.

—Se te ve cómoda en tu papel ¿Sí?

—Se funden mis dos pasiones: los libros y el micrófono. Y he descubierto la empatía. El cariño. La complicidad de una charla entre entrevistador y entrevistado. Me encanta mi trabajo. Sí.

—La pregunta que hago siempre: ¿vale una imagen más que mil palabras o no tiene por qué?

—Una imagen es más atrayente que un texto. Es lo que primero te llama la atención. Pero a menudo te lleva al error. El texto es conocimiento. No siempre tiene por qué una imagen tener más valor..

—¿Cuántas entrevistas has hecho en tu carrera radiofónica?

—Superamos las quinientas.

—Te lo he dicho alguna vez: a veces, algunas de tus entrevistas me resultan largas cuando las veo en Youtube. Defiéndete y dime algo sobre las lentejas por lo de tomarlas o dejarlas.

—No te das cuenta del tiempo que dura una entrevista si te está resultando amena. Para al autor/ra la charla siempre le parece corta. Te confieso que la mayoría de las veces a Rosa-pasapágina le ocurre lo mismo, seguiríamos hablando y el café se quedaría frío.

—¿El centrarte en la última obra de tus entrevistados es una opción tuya o recibes sugerencias?

—El programa tiene como objetivo contar al oyente la última publicación del entrevistado.

—¿No te gustaría entrometerte en la vida cotidiana del escritor?

—No me gusta «entrometerme» en la vida de nadie. Me gusta conocer al escritor.

—¿A quién volverías a entrevistar de buena gana?

—A todos. Ahora bien; si me lo permites me gustaría entrevistar por primera vez a Carmen Laforet (tarea imposible) lo sé.

—¿Cuándo pasarás a entrevistar en TV? ¿Aceptarías un encargo así?

—Cuando tenga una oferta interesante. Si las condiciones son buenas, por supuesto. 

Entretanto, https://www.youtube.com/results?search_query=rosa+pasapagina

—Yo creo que tu timbre de voz encandila, atrae y atrapa a tus oyentes ¿también a tus entrevistados?

—Alguien me dijo una vez que tenía un tono de voz dulce, melodioso. Que trasmitía mucha paz. Después esa opinión se ha ido repitiendo.

—Lees las novelas y tus entrevistados se maravillan de poder «interactuar» (qué palabro), de poder hablar con conocimiento de causa. Pero no me creo que todas te hayan gustado. Dime.

—Interactúan encantados porque lo que quieren es hablar de su novela que acaba, o a punto, de salir. Todas son de mi interés. Aunque no todas tienen por qué gustarme.

—¿Entrevistarías a un investigador y escritor de una tesis sobre la cría del gusano de seda?

—No veo por qué no.

—Ahora tus libros: dinos cuáles fueron o si los has olvidado y si alguna vez retomarás la escritura novelística, pues conozco tus artículos en alguna revista comarcal y cultural.

—¿Cómo iba a olvidarme de mis publicaciones?

Serás tú quien lo descubra. Novela urbana. Intimista. Fue finalista en los premios de «La isla de las letras»

¿Por qué ahora? Novela de misterio. Ganadora del accésit en los premios de «La isla de las letras»

Sigo escribiendo en una tercera novela. Además de relatos.

—Dame algún consejo para que mis entrevistas sean tan seguidas y ponderadas como las tuyas

—Si te gusta lo que haces, disfrútalo.

—¿Qué te ha parecido esta entrevista teniendo en cuenta que yo juego con ventaja ya que ahora mismito me voy y la cocino para emplatar debidamente? No te cortes.

—Emplátalo a tu gusto. Así me he sentido yo. Y halagada.

—Dime para finalizar:

—Un paisaje

—El mar del norte, Asturias

—Un pais

—España

—Una lectura 🙂

—El jinete del silencio, de Gonzalo Giner @gonzaloginer

—Una peli

—Memorias de África

—Una emisora de radio

—Una en la que se hable de cultura que junto con la educación es la base de todo.

—Una comida

—Jamón

—Una bebida

—Cerveza bien fría

—Playa o montaña

—Playa sin soltar de la mano a la montaña

Hasta aquí Rosa, una todoterreno, una voz que enamora, que hace olvidar a los consagrados el tiempo que pasan con ella. Que sabe qué pregunta y cómo lo pregunta. Entrevistadora y entrevistada; en Zenda, en El Español. Que a veces, muchas veces, admiro el relumbrón de sus «víctimas» —echar un vistazo a sus redes para engancharse y animarse a comprar—, que ven cómo ¡ha leido sus novelas! y ellos encantados. Que tengo ganas de abrazar a la «chiquilla» de Valentin, el de la madera, el maestro, el amigo que tanto me impresionó su fallecimiento hace muchos años. Gracias Rosa, no pases esta página, quédate un rato que un servidor hace lo poco que está en sus manos con también buenos escritores, viajeros, historiadores, periodistas, 'influencer', deportistas, fotógrafos, letrados, y todo aquel que tiene algo que contar. Por eso, por segunda vez te traigo a nuestro grupo, a esta breve y modesta entrevista, también para presumir de amistad contigo, Rosa, que pasas página. Pero quédate en esta un rato...




16.1.23

Entrevista a Arwen Grey

A través de la pantalla se ve perfectamente. No me atrevo a preguntar a nuestra entrevistada porque temo pecar de curioso. Ya bastante he conseguido con que esta interesante mujer me atienda y conteste a mi serie de preguntas. Pero sí, el paisaje que se ve detrás de ella es el rio Oria a su paso por este pueblo a dos pasos de San Sebastián. También se aprecia la silueta de una torre barroca. Luego supe que era San Millán. Pero sobre todo está el verde escandaloso, el verde de ver-dad. El color de esa tierra que hace contraste con el blanco nuboso de Euskadi. A lo lejos se adivina la capital, el señorío de Motrico, y la costa impresionante de olas de varios metros azotando las rocas. Verdes, blancos de espuma, gaviotas que sobrevuelan, el grisáceo de sus caseríos desperdigados. Tiene razón: ahora sé qué es el síndrme de Sthendal, que es lo que sufrió —tal como luego me dijo— nuestra escritora y ya mi amiga, sentada estratégicamente, sonriendo de principio a fin, entre la videocámara... y el Pais Vasco 'pata negra'. 

—¿Podrías presentarte a nuestro grupo?
—Soy Arwen Grey, autora de novela romántica. La mayoría de mis novelas son comedias, pero también tengo novelas históricas e historias con algo de misterio y dramas. En definitiva, un poco de todo. Parte de mis novelas son autopublicadas y otra parte las han publicado editoriales como Harper Collins o Ediciones Kiwi. Bueno, también decir que soy descendiente de Rosalía de Castro.

—Ya sé que es muy manido comparar los libros escritos con los hijos, pero no me resisto a preguntarte cómo se puede tener una familia tan numerosa y te vea tan campante, como si tal cosa. —Soy de esas raras que no considera comparables unas cosas con otras. Vamos, que será que no soy madre, a no ser mamá gatuna, que para mí mis libros son mis libros. Y no es que no esté orgullosa, que lo estoy, oiga, pero ya se sabe que para las madres todos los hijos son los más guapos. No considerar tus libros tus bebés tiene esa ventaja, que no te lo tomas tan a pecho cuando alguien los llama feos jaja. 

—He contado treinta y tres. Impresionante. Dime por qué te consideras una escritora de novela romántica políticamente «no correcta». Una explicación quiero. 
—No sé si es solo en la romántica o en la literatura en general, que se tiende a idealizarlo todo un poco. Lees a algunos autores y parece que el mundillo está lleno de gente maravillosa, compañeros que lo dan todo por ti, de lectores que te lo compran todo y más, que vendes millones… ¡Y no digo que para algunos no sea así! Pero hay cosas feas y no pasa nada por decirlas. De hecho, no decirlas hace daño, porque crea una imagen irreal. Supongo que yo soy esa persona que dice que no se vende tanto como se presume, o que no es necesario pelotear a diestro y a siniestro, o que algunos blogs solo te leen si regalas el libro… y a veces ni eso. Ahora se ha puesto de moda una tendencia según la cual los escritores también tenemos que ser expertos en marketing y redes sociales. Hay que bailar, saber hacer post perfectos y dirigidos a tu público. No puedes dar puntada sin hilo. Mi impresión es que se habla de todo menos de escribir… ¡Pero no se puede ir en contra del negocio y las modas! Tampoco son verdades tan tremendas, pero casi nadie las dice y hay a quien no le gustan y hace que te quedes un poco al rincón. 

—No pienso ponerte en compromiso y preguntarte por sus nombres. Pero no me digas que te han salido todos tus «niños» —servidor se permite seguir con esa ñoña metáfora— tan guapos y tan altos. 
—Precisamente mis personajes no son ejemplos de perfección ni belleza, así que te has equivocado de autora jaja. De hecho, a cada cual es peor y más desastre, pero son gente real, con problemas reales, así que me caen bien. A mí no me salen millonarios, con helicóptero ni buenorros. La perfección es aburrida. Si son perfectos, ¿qué recorrido tienen? 

—Que quede entre nosotros, aunque ya en 2014 decías que no era ningún secreto tu verdadera identidad, así que por qué Arwen Grey y no Macarena Sánchez Ferro. ¿Por qué tantos seudónimos en la novela romántica? 
—No hay pseudónimos solo en la romántica, los hay en todos los géneros, pero nos fijamos poco jaja. En mi caso, yo ni siquiera planeaba publicar, era un experimento. Le robé el nombre a uno de mis personajes. Era una autora de romántica que moría asesinada. Me pareció gracioso. Si llego a saber que iba a funcionar y que iba a vender algo, a lo mejor me habría pensado más lo del nombre. No es que quisiera ocultarme o que me avergonzase, pero sí pensaba en ese momento escribir otros géneros y era una forma de mantenerlos separados. De hecho, por entonces publicaba relatos en otros géneros con mi nombre real. 

—Si te digo que me recuerdas a Corín Tellado, te enfadas y me arrojas tus treinta y tantas novelas a la cabeza… o por el contrario me invitas a tapear por la parte vieja de San Sebastián. 
—Lo de insultar con la excusa de Corín Tellado es un clásico. Sin embargo, esa gran señora es una de las autoras más vendidas de la historia, modernizó un género, era una industria en sí misma. Y todo ella, solita. Vamos, que quién pudiera ser Corín Tellado. Así que te invito a Donostia cuando quieras. 

—¿Meto la pata si te pregunto cómo te inspiras para tus novelas? ¿Pones el oído atento a la vida y avatares de tus vecinos, amigos, compañeros, tal vez leyendo el Hola o te inspiras en grandes gestas, hechos heroicos? 
—Juro que la primera escena de una de mis novelas, una muy cachonda, está inspirada en mis vecinos, de una forma literal (ahora adivinad cuál). Siempre hay cosas que se te quedan y te hacen pensar en historias, desde un olor, una canción, una película, un libro… Incluso el hecho de que un profesor muy guapo del instituto, harto de que sus alumnas le hicieran ojitos, decidiera afearse para ver si así le dejaran vivir. Cualquiera que me lea sabrá que soy fan de las guerras napoleónicas, y no solo por los uniformes bonitos. El Hola… como que no es mi estilo. 

—La literatura romántica es a, ante, bajo, con, contra, de, desde, hacia, hasta, para, por, según, sin, sobre, tras las mujeres y solo mujeres? 
—¡Cada vez menos! De hecho, últimamente hay muchas novelas que se escriben desde el punto de vista de los dos protagonistas, chico y chica, donde los dos llevan el mismo peso, o incluso donde la historia se cuenta desde el punto de vista de él. Y qué decir de las novelas románticas LGTBI, donde triunfan las novelas protagonizadas por dos chicos, y son adoradas por todos los públicos. 

—¿Son compatibles el amor, el humor y la muerte? A tu obra me refiero. 
—Voy a ser sincera y decir que creo que soy incapaz sin escribir sin que caiga algo de humor. A lo mejor no es un humor para todos los gustos, pero haberlo... haylo. Hasta en los dramas más gordos, ahí está. Pienso que cuando la historia es muy terrible y a los protagonistas les pasa de todo, a veces es necesario aligerar un poco. Cuando solo pasan cosas malas, llega un momento en que tu cabeza dice: «no puedo más, a esta persona le pasa todo lo malo. Paso». No es solo que necesites descansar del sufrimiento extremo, sino que ya no te crees tanto drama y desconectas. Un poco de humor ayuda a que te relajes antes del siguiente golpe. (Uy, eso ha sonado cruel) 

—Dime algún escritor de novela romántica, si es que existen. 
—Claro que existen, y un montón, pero voy a recomendar a uno al que conozco y que tiene una obra inmensa y muy bien documentada: Enrique García Díaz. 

—Dime algo sobre tu última obra (dos relatos) recién publicada «La nube azul. La increíble historia de amor de Hans Gandía (y su Beatriz)». 
—Son dos novelas ambientadas en un pueblo de mala muerte llamado Venta del Hoyo. Las dos forman parte de una serie, pero como por ahora solo hay dos, se pueden leer tal cual. Cada historia es autoconclusiva. Los protagonistas son escritores y… especiales. Cualquiera que las lea verá que a mí lo de los millonarios guapos, altos y perfectos no me va nada. 

—Aconséjame una novela tuya para iniciarme en tu mundo literario. 
—Yo siempre digo que depende de lo que te guste. En mi caso escribo dramones y comedias, así que antes te preguntaría qué te gusta más. Si me dijeras que comedia, te recomendaría Solo cinco citas, por ejemplo. Si me dijeras que drama, te recomendaría Te lo daré todo, que es, probablemente, mi mejor novela, y a la que hay que ir sin ningún prejuicio. 

Finalizamos pidiéndote 
—Una ciudad, una provincia, y un país para vivir 
—Soy de pueblo y me quedo con él, Zizurkil. También me quedo con mi provincia, Gipuzkoa, aunque hay muchos sitios estupendos. Viví en Francia unos meses y no me importaría volver, pero siempre es mejor de visita, así que me quedo con España. 

—Un paisaje 
—El que veo desde mi terraza. Me compré esta casa por este paisaje. Cuando lo vi me dio un stendhalazo y aquí estoy, siete años después. Este paisaje cura el alma. 

—Una comida 
—Huevos fritos con patatas. Me gusta la comida sencilla. 

—Una bebida 
—Champán. Viví en Reims y ya no se me quita el vicio 

—Una peli 
—La fiera de mi niña 

—Un libro 
—Cumbres borrascosas 

—Una música 
—Tosca de Puccini. Para la ópera soy como los mafiosos de las pelis, lloro como una magdalena 

—Un sueño 
—Aquí me pongo seria, para variar: una cura, o al menos un tratamiento, para el Covid persistente 

—Un calificativo para esta inteligente, interesante, improvisada e inesperada entrevista 
—Divertida e interesante, que son dos. Soy escritora, no puedo parar 

—Una frase de despedida en euskera y en castellano. 
—Eskerrik asko nigan pentsatzeagatik. Hurrena arte! Muchas gracias por pensar en mí. ¡Hasta la próxima!

¡Anda que no! Entrevistador, te has creído un listo de vuelta, y te has encontrado con la horma de tus zapatos. Vamos a ver, si en el sur existen Aranchas, Gurutze, Aitores por qué no va a haber Macarenas en Donosti. Déjate de preguntas tontorronas, y esa lo fué.
Item más, anda que... sacar a colación a Corín Tellado pensando que la escritora se iba a molestar y resulta que es un referente. Bueno, al menos has sacado una invitación a unas birras y alguna esquisitez tapeodonostiarra.
Y con tanto y tanto que si literatura romántica femenina y te ha dicho que «los hombres, de Romántica, uuuuh». Toma nota, tío.
Y cómo se te quedado el cuerpo cuando te ha nombrado a Rosalía de Castro. Y claro que ahora te queda claro: la mirada de Macarena recuerda la de Rosalía, y la temática de una debe ser influencia de la otra. Hasta los paisajes del norte de España comparten la inmortal poetisa de ayer y la escritora de hoy. 
Bueno, aquí está Arwen Grey, prolífica escritora de 'novela-romántica-a-mi-manera'.

Antes de desconectar, se levanta de su sillón, rodea su mesa de trabajo y se aparta. Con ella su gato. Y miro, ahora sí, con descaro. Queda en la pantalla la corriente del Oria camino del mar. El viento sopla con fuerza de galerna. Gracias, Arwen Grey y hasta siempre.

https://www.rnovelaromantica.com/escritores/item/arwen-grey 


4.1.23

Entrevista a Gloria Carrasco, escritora de novela negra

«Siempre hay motivos para reir. Aunque sea de uno mismo»  (Gloria Carrasco) 


                  Quedamos en una cafetería de la parte alta de la ciudad con unas vistas espectaculares. Viene acompañada por un señor que me presenta como Might. Saluda este, y se va. Me quedo con Gloria y nos afanamos, tímidos, en mirar y admirar el panorama que se extiende bajo nosotros: la desembocadura, la ría que forman las marismas del gran rio y la hilera de coches que transitan por los puentes. Permanecemos en silencio ambos mientras llegan los cafés pedidos. Cuesta romper el hielo entre dos desconocidos pero cuando se ha resquebrajado, no dejamos que vuelva a unirse por efecto del frío antre dos desconocidos. Luce Gloria una gran sonrisa y una camiseta diseñada, me dice, por ella misma que consiste en un precioso mandala a base de círculos concéntricos con claras influencias de lejanas y exóticas religiones. Me mira a través de las gafas y percibo que sonríe, también, con sus ojos.

Mientras vemos alejarse al acompañante —¿Por qué casi siempre, me pregunto, tiene que haber algún acompañante cuando me cito con alguien?— me dice que se trata simplemente del personaje de algunas de sus novelas, ¡un detective! Yo la miro, a Gloria, y casi se me atraganta el café. Abajo, las lenguas de agua reflejan plateados los rayos del sol ya declinando frente a nuestra atalaya. La tarde invernal, casi primaveral, se precipita sobre nosotros. El año apenas ha despuntado en el calendario...

—Preséntate para que te conozcamos en este grupo tan majo y enrrollao que es El pincel de bambú.           —Mi nombre es Gloria Carrasco, aunque estudié química para trabajar en una fábrica, siempre me han gustado los libros y escribir. Escribía en mis ratos libres. En el confinamiento, cuando me quedé parada, decidí hacer lo que verdaderamente me gustaba y dedicarme en profundidad a publicar libros y diseñar. Soy diseñadora gráfica, escritora y portadista, entre otras cosas.

—Un repaso por tus redes me han llevado a definirte como un «todoterreno» cultural. ¿Cierto?                  —No tanto. Es cierto que llevo unos años centrada en libros y en enseñar mi trabajo. No tanto como mi vida personal o mis hobbies.  

—En el colegio imagino que arrasabas escribiendo. Y seguro que llevabas un diario. ¿Lo harías público alguna vez?                                                                                                                                                      —Más que un diario, era una libreta que yo siempre llevaba para escribir las cosas me hubiera gustado que pasaran o diálogos que escuchaba que me resultaban interesantes. No es un misterio para nadie, en casa ya sabían que yo prefería vivir en la luna.     

—¿Cuales fueron tus lecturas en las distintas etapas de tu vida?                                                                  —Muchas, muy distintas, desde El principito, hasta Asesinato en el Orient express. Stephen King y Agatha Christie siempre han descansado en mis estanterías. También a John Kazenbach, Domingo Villar... Todo investigación, que era lo que me llamaba. 

—¿Escribes porque lees? ¿Una cosa lleva a la otra?                                                                                      —Escribo como un impulso para salir de la rutina que vivo. Para poder expresarme libremente de verdad. Aquello que quiero decir, que quiero vivir o que quiero hacer. Y soy de las que piensan que para escribir, antes hay que leer. 

—Yo opino que una imagen no siempre vale más que mil palabras ¿opinas igual?                                        —Pues como diseñadora que puede manipular una imagen como quiera, no, no puedo opinar lo mismo. En una imagen hay millones de historias. La diferencia está en los ojos que la vean.  

—Cinco libros, cinco hijos. No me digas que el último que eso es una respuesta hecha. Dime tu preferido.  —Sangre para seis. Fue el libro con el que más me he divertido porque tiene muchas acciones 'gore' con las que me pude revelar como quisiera con cada personaje y no tenía que centrarme tanto en datos correctos o mucha más información que la que ya existía. 

—Te caracterizas por los relatos breves ¿Lo breve bueno es doblemente bueno?                                        —Me gustan los relatos breves porque no hay rellenos innecesarios ni diálogos interminables. En un libro de 150 páginas, puedes escribir una gran historia. Yo, a veces, leo comentarios de personas en redes que dicen, «500 páginas y dos años», eso para mí es impensable. Cuando yo escribo, siempre estoy revisando, corrigiendo, cambiando, añadiendo, ... Y si sale un libro de 150 páginas, pues vale, no es necesario hacer una historia tan larga. Lo importante es el porqué y no el cuánto. No es una carrera ni nadie es mejor que nadie por escribir más páginas.  

—Yo opino que escribir una novela negra o de intriga, o policíaca es sumamente complejo pues es como un enigma o acertijo, o puzzle a resolver, ¿es así?                                                                                            —Para mi sí. Un crimen o una investigación necesita de muchos datos y que el lector no se entere de quién es el asesino hasta el final, o al menos, que la historia le enganche desde el principio. Siempre es difícil crear la historia perfecta porque no existen lectores perfectos. Entonces, quien escribe, tiene que centrarse en escribir una buena trama y crear unos buenos personajes, lo demás, lo deciden otros. 

La ruta del Llop; La llave número 13; El silencio de Molly; Hacerse humo; Sangre para seis. ¿De dónde has bebido, cuáles escritores te han enseñado a escribir?                                                                       —Agatha Christie y Stephen King son mis profesores. De ellos he leído la mayor parte de sus obras. Igual, cada vez que leo a cualquier persona, siempre aprendo algo porque nunca dejas de aprender técnicas nuevas. Me gusta cuando leo un libro y pienso ¿Por qué no se me ha ocurrido a mí? 

—¿En qué mundos andas para escribir? Dinos tus proyectos.                                                                         —Mis mundos son muy extensos. En noviembre terminé de escribir La isla de Haminjga que es una fantasía urbana. Es algo que salió de un relato corto para una convocatoria en la que no me aceptaron. También estoy escribiendo un thriller y varias investigaciones de mi detective Might. Todo siempre en la oscuridad.  

—Termino pidiéndote:

—Un pais o paisaje                                                                                                                                            —Andorra

—Playa o montaña                                                                                                                                          —Playa

—Una comida                                                                                                                                                 —Puchero de la mamá

—Una bebida                                                                                                                                                     —Café

—Un libro                                                                                                                                                      —El secreto de la diosa, de Lorenzo Mediano

—Una música                                                                                                                                                    —The reason, de Hoobastank

—Una peli                                                                                                                                                        —10 razones para odiarte

—Un calificativo para esta entrevista                                                                                                                —Corta

—Una despedida y una petición a los Reyes Magos                                                                                        —Salud y suerte. Espero que os traigan mucho carbón que de regalos estamos sobraos.

Damos por finalizada la entrevista formal, que me deja pensativo ante el calificativo de «corta» sin más, y en vista de que no reaparece el detective Might, me atrevo en indagar sobre esta joven escritora, con un porvenir literario prometedor. Pero no todo es literatura. Me doy cuenta de que existe química entre los dos —se lo digo y sonríe sin llegar a reir abiertamente— y compartimos chismes de nuestra profesión A, que si el Cloruro sódico (nos negamos a denominarla sal para darnos importancia) que vemos en la lejanía, que si los «fosfoyesos», que si la tabla periódica de los elementos. 

Pero también de sus aficiones, de sus inquietudes y de sus sueños. Le gusta la playa y me señala el horizonte donde están sus paraisos veraniegos de 120 km. de arena donde Gloria se inspira en urdir historias y tramar argumentos. Vive para formar —lleva media docena— de historias para leer y disfrutar los amigos del 'trhiller', mejor dicho... novela negra o de intriga.

En definitiva no regresa Might, el acompañante: ha caido la noche sobre la ciudad. Solo un breve resplandor anaranjado típico, hermoso, de Huelva, la ciudad donde, caminando, se adentra Gloria Carrasco, escritora. Que paga los cafés.


                                                 «Fin, pero no es un final (Gloria Carrasco)