© El blog con cero lectores, pero aquí estoy en el espacio de mi libertad. No espero a nadie aunque cualquiera es bien recibido. Gracias a mi BLOC ABIERTO DE PAR EN PAR donde encontrarás desde 2009 temas variados.

25.3.17

Hora del planeta 2017


 





Earth, Dharti, 地球, 地球, земля, Erde, jord, Marathi Prithvi,
zemia, Chikyu-ja, Zamin,
Планета Земля, Daigdig, Bumi , Terre
Dharti Avani Marathi - Prithvi Tierra  Marathi - Prithvi, 지구,  כדור האר ,كوكب الأرضSayari Dunia, Gezegeninin, Երկիր, մոլորակի, Planeet Aarde, Πλανήτης Γη, Planèt Latè, Země, Planēta Zeme, Pianeta Terra

¡Veo la Tierra!¡Es tan hermosa! (Yuri Gagarin, a bordo de la Vostok-1, el 12 de abril de 1961, a las 6:07 hora ZULÚ)


Hace 4.500 millones de años, unas minúsculas porciones  de materia describían círculos alrededor de una masa incandescente: los futuros planetas. 
La Tierra iniciaba así un por ahora interminable y monótono movimiento circular alrededor del Sol.

Con el planeta en reposo relativo surgieron los primeros indicios de vida: las bacterias

Más tarde las cianobacterias y las algas; los protozoos que iniciaron el proceso de evolución en el mar hasta la aparición de los peces.

La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta. (Rabindranath Tagore) 
En la tierra los hongos y las plantas dieron cobijo a los anfibios, reptiles dinosaurios...

Los primates, las aves, otros mamíferos surgieron...
Los chimpancés y los primeros homínidos evolucionaron hasta el Homo sapiens sapiens...  EL HOMBRE
E
El Paleolítico, el Neolítico vieron al hombre el cultivo de las plantas y la domesticación de los animales.
La Edad de los metales y de las construcciones

Egipto... en esta foto, a la entrada de Abu Simbel
         Roma...
Dios,
Carlomagno
La Cruzadas
Las rutas comerciales
China: Xi'an. En las galerías del ejército de terracota       

A la izda. os presento a Confucio
Las catedrales, aunque ahí me encuentro en lo alto de una de ellas. La catedral del capitalismo. Hablo de Shanghai



Imperio de Oriente
1492, Edicto de Expulsión de los judíos. España y el mundo ya no volverían a ser lo mismo...
Incas, Mayas, Aztecas
Renacimiento
Trento
Filibusteros
Musulmanes. La Meca.
Otomanos
Mogoles
Mandarines
Siglo de Oro
Ilustración
Pensamiento y Enciclopedia. La Tierra. Con mi esposa pegados a ella.

La Ciencia
Las revoluciones agraria e industrial. Copenhagen, cambio de guardia
América
Asia

El progreso y las fuentes de energía

Los zares y la URSS
Nacionalsocialismo
La guerra
La guerra fría
La descolonización

África
Tercer mundo
Terremotos, inundaciones, tsunamis...
Volcán Eyjafjallajokull... Islandia, Japón...

El hombre y la revolución sexual... lo que hay
El mundo...
(foto de Dario Delvecchio)  Infancia, madurez, vejez...



DATOS:        
La Tierra es el tercer planeta más cercano al Sol, a una distancia de 150 millones de kilómetros (93.2 millones de millas). A la Tierra le lleva 365,256 días viajar alrededor del Sol y 23,9345 horas para que la Tierra rote completa. Tiene un diámetro de 12.756 kilómetros  y solamente unos cuantos kilómetros más grande que el diámetro de Venus. 
La Tierra es el único planeta en el sistema solar que se sabe que mantiene vida. El rápido movimiento giratorio y el núcleo de hierro y níquel de nuestro planeta genera un campo magnético extenso, que, junto con la atmósfera, nos protege de casi todas las radiaciones nocivas provenientes del Sol y de otras estrellas. La atmósfera de la Tierra nos protege de meteoritos, la mayoría de los cuales se desintegran antes de que puedan llegar a la superficie.

Mi pequeño homenaje a este nuestro pequeño y bendito mundo; no creo demasiado en el dichoso "cambio climático"... eso es cosa de políticos politicamente correctos (valga la redundancia) y de progres de nuevo cuño. Eso sí, hemos de educar a las generaciones nuevas para que lo cuiden, ya que todo redundará en beneficio de las generaciones de los próximos siglos.
José A. Bejarano  
19 marzo 2016
La hora del planeta




 

foto REUTERS
































































































22.3.17

El agua (Mundo sediento)

"EL AGUA CONTAMINADA MATA MÁS NIÑOS QUE LA GUERRA" (foto JABM)
 
DOS ÁTOMOS DE OXÍGENO UNIDOS A UNO DE HIDRÓGENO FORMAN ALGO TAN SIMPLE Y VITAL COMO...
E L   A G U A 
El 97% del agua de nuestro planeta es salada. Del 3% restante -dulce- el 2% está en estado sólido. Sólo el 1% del total está para nuestro uso y consumo (regar campos, refrigerar las centrales e industrias, 
y para beber y uso doméstico)  
El agua es VIDA
Un norteamericano consume 385 litros de agua por día.
Los más pobres del mundo consumen 19 litros/día
Casi la mitad de la población mundial carece de agua corriente.
En ciertos paises de África las mujeres caminan 5 km. cada día en busca de agua.


Que las aguas de las montañas nevadas 
lleven salud y paz a todos los pueblos, 
que el agua de los manantiales te lleve la calma... 
y que las lluvias sean fuente de tranquilidad para todos.(Texto del Atharva Veda )
Con sus manos, David Bejarano, mi hijo, da ejemplo de uso racional del agua, bañando a mi nieto Daniel...

CUIDEMOS HASTA LA ÚLTIMA GOTA
AGUA=VIDA

28.1.17

Del siglo XX, el año 50; de un tal enero... un buen día 27

E F E M É R I D E S
27 enero 1950

Pio XII beatificó a Vincenzo Palloti en el Vaticano
El Consejo de Ministros decreta la Urgencia de las obras del pantano Gabriel y Galán (CC)
Los soviéticos entorpecen 
el tráfico aéreo y terrestre de Berlín
Alcide De Gasperi forma gobierno en Italia
Se acuerda cortar el suministro eléctrico dos días laborables por semana -durante diez horas-, en el Centro y en el Levante de España
Crónica de sucesos: dos obreros de la construcción del ferrocarril Zamora-Orense, fallecidos por explosión de un barreno de dinamita
China se prepara para aliarse 
con Rusia en la "próxima guerra mundial" 
Número premiado del cupón Pro-ciegos en Madrid: 537
Se encuentran en Marsella las joyas robadas al Aga Khan.

Se suicida en Marruecos un condenado a muerte por medio de una ampolla de cianuro que ocultaba en el recto.

Un médico chileno estafa a ancianos argentinos inyectándoles el "suero de la juventud".

Detenido un apostador de carreras de caballos con emisor de radio bajo su camisa.

Se descubre la terramicina.
En el teatro Alcázar se estrena  
Las siete llaves, con Celia Gámez 
En el cine Luchana se estrena Nido de víboras, con Olivia de Havilland
En el estadio Metropolitano, 
Atlético de Madrid contra Atlético de Bilbao
y...

Mientras aquel 27 de enero de 1950 ocurrían estos acontecimientos, más o menos importantes, en nuestro pais y en el resto del mundo...
 ...En aquella España en blanco y negro, mientras el mundo se despertaba de una cruel guerra, y España intentaba con esfuerzos, privaciones, restricciones e incluso hambre, salir de la posguerra -once años desde el final- vine al mundo en una fría tarde de Hervás. 
Hace sesenta y siete años ya...


Las fotos han sido descargadas de la Red. 
Cualquiera puede reclamar su propiedad: no tiene más que decirlo y con gusto las eliminaré.

16.1.17

EGIPTO القاهرة

Pueda tu espíritu vivir, durar millones de años, tú que amas Tebas,
sentado con la cara al viento del norte, los ojos llenos de felicidad (inscripción en un vaso de su tumba)

El pueblo egipcio cuida de que sus inmensas riquezas permanezcan en poder de su verdadero dueño: el pueblo.
Las están protegiendo para que los vándalos (nuevos ladrones de tumbas) no las destruyan y poder seguir mostrándolas al mundo. Viva el pueblo egipcio!!!
Me siento muy cercano al pueblo egipcio.



8.1.17

URGENTE: La señal de la CRUZ

EN MEMORIA DE LOS MÁRTIRES DE LA INTOLERANCIA, PROFESEN LA RELIGIÓN QUE PROFESEN.   

En la visita a la Sinagoga de El Cairo coincidimos con la hora de la oración, y allí comenzaron a congregarse algunos fieles que se dispusieron a escuchar al Rabino. Fue curioso porque era la primera vez que veía a judíos árabes.
Desde la puerta pude escuchar el tono monocorde del Rabino entonando el Escucha Israel, y sentí una gran emoción... cuando tomó el Rollo de la Torá.
Después fuimos a la Mezquita de Saladino. Cuando acabó la visita (donde por cierto compré un ejemplar de El Noble Corán) y estando disfrutando de una espectacular vista de El Cairo, comenzó a sonar por la gigantesca magafonía del alminar, la llamada a la oración. Desde la vista que divisaba senti latir el corazón de la ciudad y cómo tantos millones de personas, se disponíam a postrarse y dirigir al unísono su mirada en dirección a La Meca cantando y entonando la firme creencia de la existencia de Allah como único Dios y la convicción de ser Mahoma su profeta. A mi lado pude observar varias personas orando, una de las cinco veces que el Corán manda cumplir como uno de los pilares básicos de sus creencias.
En ese momento debí volverme loco, el caso es que mientras a mis espaldas sentí  un claxonazo del bus que me reclamaba, no lo dudé: de un pequeño salto me alcé sobre la balaustrada de piedra que delimitaba la explanada de la Mezquita. Me subí sobre la piedra y dejando a mis espalda el sol que estaba declinando, dirigí mi mirada hacia el Este y calculé dónde estaba situada la ciudad tres veces santa, la misma para las dos religiones que había admirado durante aquel mágico día. Pero decidi que allí faltaba la tercera en concordia, y allí estaba yo. Miré hacia el horizonte, ya oscurecido, me erguí, orgulloso, y con toda la ostentación de que fui capaz, al mismo tiempo  que con mi mayor humildad, hice la señal que hacía mucho, mucho tiempo, que me habían enseñado pero que casi había olvidado. Jerusalem asomaba tras el horizonte...
 Con mi mano derecha, abierta, dirigí mis dedos a la frente En el nombre del Padre, la bajé al pecho, cerca del corazón del Hijo y desde mi hombro izquierdo y del Espiritu crucé al lado opuesto Santo, y besé mis dedos Amén.
Cuando acabé, una lágrima afloró a mis ojos, que no reprimí. Me sentí orgulloso y emocionado de la religión de mis padres, y a pesar de mis simpatías judías, me sentí como una especie de cruzado llevando la señal de la Cruz evocando, yo lo sabía, al mismo Dios que las otras dos religiones: el Dios de Abraham.
Cuando llegué al bus, noté cierta impaciencia en otros compañeros, pero yo, campeón  de la puntualidad me alegré del pequeño retraso.
Sobre Egipto caía la noche y yo me sentí bien. Carmen me tomó de la mano, y me la besó.


PD:
Esta entrada la incluí hace escasamente un año, a raiz de mi viaje a Egipto.
Hoy, por desgracia, una veintena de muertos víctimas de los fanáticos, en Alejandría, por lo que quiero incluir aquella entrada, sin cambiar un ápice, como homenaje a dichas víctimas.
Ojalá no ocurriera más, pero soy muy, muy pesimista...

5.1.17

5 de Enero de 1966... Querido Rey S.M. Baltasar, dos puntos

 Como parece que mal no me he portado del todo durante el pasado año 1965, os pido, sobre todo a S.M. Baltasar al que he acompañado en la Cabalgata, algunas cosillas para mi familia y para mi. Empezando por mi padre, os pido, Majestad, a ver si podéis traer un reloj decente -¡dicen que los hay que andan con el simple  movimiento de la mano!- que sustituya el Cauny Prima, que ya tiene sus buenos veinte años, y atrasando, y cada día le tiene que dar cuerda.
A mi madre, algo para que cada día evite el tener que encender la lumbre a base de troncos de leña... -¡dicen que hay unas bombonas y una cocinas que con el simple rascado de una cerilla ya está listo el fuego!-
...
...
Ahora vienen mis hermanos, para los que también deseo pedir algo, claro.
Para la Mariví, un "secreter" en donde poner todas las cartas del novio, que recibe tantas... y también "l'Oreales" para la Peluquería de Señoras.
Para el Amós, el disco Help, de los Beatles y un libro de D. Miguel. Delibes, claro.
Para la África, una Mariquita Pérez y un dormitorio con luz, que lo han visto SS MM los Reyes en Sederías Carretas, de Madrid.
Para el Miguelangel, el chico, un juego de lápices de colores, de cera, marca Milan, la última moda, pues el crío dicen que siempre está emborronando papeles de garabatos con mucho arte.
...
...
Y por último, para mi, te iba a pedir... a ver si podía ser... rey Baltasar, unos Juegos Reunidos y un balón de reglamento, pero me parece que me voy a conformar con algo que me haría más ilusión y que hace tiempo me tiene obsesionado hasta casi quitarme el sueño. Y sí, ya sé que los Reyes traen cosas materiales (como las que he pedido para toda la familia) pero por esta vez renuncio a juegos, recortables, cinexines, y mucho menos deseo libros. Yo lo que quiero es que mañana mismo, seis de enero, cuando me reencuentre con M. me haga entrega de la mejor y más dulce de las prendas y que tanto me regatea. 
Por favor, Majestad! os encargo que le trasmitáis a M. el bello regalo de sus dulces labios: su beso en los míos.
Gracias, Majestad Baltasar, y un honor el haber recorrido las calles y rincones de Hervás sujetando las bridas de tu caballo. Que seáis generoso con todos en este nuevo año de 1966.
Firmado
Jose Antonio Bejarano Mártil


PD: ¡¡Me olvidaba de los abuelos!!
para él, el Sr. Amancio, una botella -¡dicen que las cierran herméticamente!- de vino de la Rioja, aunque no estoy seguro de acertar...
Y para ella, la Sra. Vale, un viaje a conocer el mar, que se me ha quejado de no haberlo visto jamás... y me ha pedido que la lleve pues "cuéntame, Jose, cómo es el mar..." es de la últimas palabras que me dirigió. A mi...Sólo a mi.




CARTA DEDICADA CON ILUSIÓN 
a
ROBERTO y DANIEL, 
VALENTINA y GABRIELA en HUELVA 
NURIA, en Tharsis
 MARÍA y GABRIEL, en SALAMANCA 
NICOLÒ y GAIA, en SOVERE (ITALIA) 
AINHOA y BÁRBARA, DE HERVÁS 

FRANCISCO JAVIER y GLORIA, en THARSIS
AIaaaa
Y a TODOS los demás NIÑOS del MUNDO

31.12.16

En solo un segundo

Todo arte es completamente inútil
(Oscar Wilde)
La chica miraba nerviosa, a través de los ventanales del consultorio, cómo iba cayendo la corta tarde de diciembre. Pensaba que no era para menos, dado lo que le había ocurrido veinticuatro horas antes.
Viajaba todos los días desde su casa hasta el Jewish Lower East Side, donde había conseguido un empleo en una de las lavanderías de Manhattan, situada en un callejón de Eldridge St.
Sentada, esperaba el diagnóstico del laboratorio de análisis clínico, y se propuso no dejar que los nervios la atenazarán, así que dejó que los recuerdos fluyeran controlados en su mente.
No cabía duda, reconocía, que había conseguido el empleo gracias a la influencia del rabino de su barrio, en el sur del Bronx. De padres y abuelos judíos emigrantes, debía reconocer que aquel trabajo, hasta veinticuatro horas antes, le gustaba.
           Era la única empleada, y ya comenzaba a conocer a los asiduos clientes, incluso Wooddy Allen entró en varias ocasiones. Un anciano,  asiduo, al conocer cómo se llamaba, le contó la curiosa coincidencia entre su nombre y el trabajo que tenía, aunque, en aquellos momentos, no le encontró la menor gracia. El caso es que con el nombre que tenía disimulaba el carácter de judía, aunque no sentía ningún complejo, dado que se encontraba en mitad del barrio judío de Manhattan. Se consideraba una mujer guapa, en la plenitud de sus 27 años, pues tenía rasgos griegos inconfundibles y le había dado por hacerse una cola con el pelo ondulado dándole a su silueta el aspecto de una hermosa cariátide.
Al salir de la lavandería, antes de tomar la línea verde-cuatro del metro, se sentaba en una pequeña cafetería y pedía, para no olvidar por completo, levivot  y bagel (pastel judío de salmón ahumado y queso), aunque prefería los que preparaba su abuela por Janucá, cuando encendían la primera vela del candelabro de nueve brazos para la fiesta de las luminarias, mientras el abuelo entonaba el Baruj ata Adonai [...] lehadlik ner Jánuca (Bendito eres Tú, oh Eterno [...] las luces de Jánuca). Y es que su padre, siempre se había sentido orgulloso de su ascendencia simplemente griega, olvidando las raíces hebreas, y refunfuñaba en cada fiesta judía por las, según él, excesivas influencias mosaicas que le estaban inculcando los abuelos a la nieta. Tal vez, creía una pequeña venganza de sus suegros por haberle impuesto a su hija aquel nombre totalmente gentil para escándalo de la familia.
A veces la muchacha frecuentaba un gimnasio de fitness, para intentar modelar aún más su cuerpo. El trabajo en la lavandería la obligaba a permanecer largas horas de pie, y ello le estaba produciendo molestias en las piernas.
El maldito día anterior, había entrado un contenedor de ropa sucia de uno de los hospitales de Central Park Sur, y su jefe le había pedido que sacrificase su hora de almuerzo. La avería en la lavandería hospitalaria había supuesto una emergencia y sabía, desde el cada vez más lejano 11 de Septiembre, que la solidaridad era una de las características de la ciudad de Nueva York.. Y, maldita sea mil veces cuando (quizás pecando de falta de previsión) hundió sus manos enguantadas en aquella bata que había caído al suelo desde el contenedor y notó un dolor fino y profundo en la palma de su mano izquierda. Un delgado hilillo de sangre le cruzaba transversalmente las papilas de su mano.
Durante un segundo no se dio cuenta, hasta que se percató de que aquella ropa era sucia, por tanto, contaminada, y de que aquella pequeña hoja de acero, manchada de sangre, provenía de uno de los bolsillos que algún sanitario irresponsable había dejado olvidada.
El cliente anciano aficionado a la Mitología le contó que Nausicaa, era hija del rey Alcinoo. Y cuando Ulises, arrojado por la tempestad a la isla de los feacios, fue descubierto por Nausicaa y sus compañeras, que estaban lavando la ropa, aquella le proporcionó ropa limpia y seca  y lo alojó en el palacio de su padre.
La historia de su tocaya le hizo gracia a Nausica (este era su nombre), y desde entonces lo llevó con orgullo, pues siempre se había preguntado por qué ella no se llamaba Sara, Ester, Ruth, Rebeca o cualquiera de los innumerables apelativos que la Biblia proporcionaba a los judíos, y que lo ostentaban  como una de sus principales señas de identidad. Pero que su padre se empeñara en aquel extraño nombre de la Mitología griega no lo había llegado a comprender nunca.
Cuando se accidentó, desconectó la  gigantesca Crolls, corrió al botiquín y su jefe le dijo:
—Debes hacerte rápidamente una analítica de sangre para detectar y prevenir cualquier infección. No quiero disgustos.
En el dispensario, cuando le estaban extrayendo una muestra de sangre estuvo a punto de desquiciarse y perder los nervios. De repente volvió a revivir el lento proceso de su amigo Italo, gentil, desde que le diagnosticaron el VIH. La constatación de que se había llegado con retraso; el duro y penoso tratamiento; las largas y solitarias estancias en el hospital; el inexorable deterioro físico y mental hasta la total degradación física, inerme ante la más  pequeña infección; y lo peor, la lenta y dolorosa agonía, paliada a base de drogas, que le conduciría a la muerte.
A la espera del resultado de los análisis rememoró Nausica los tiempos de su niñez, cuando su abuela le cantaba “Eli shelo igamer leolam”, una canción de cuna que habían traído de la amada Salónica. Aquellas dulces palabras en hebreo siempre las recordaba Nausica, hasta que descubrió que el pequeño mundo judío no acababa ante la puerta del apartamento familiar del Bronx.
Cierto día, unos años antes, le pidió a su abuela unos dólares para comprar una bicicleta y “estrenarla el día de Yom Kippur”, para celebrar el Día del Perdón igual que hacían los sabras descreídos de Tel-Aviv. Su padre sonrió y se dio cuenta de que su hija estaba comenzando a asimilar el ser sólo una greco-americana de verdad, por su nombre y por su aspecto de diosa helena. No volvió a entrar Nausica en una sinagoga, ni volvió a entonar ningún canto de celebración, ni el padre consintió que su hija observase las leyes del sabbath, o se alimentase exclusivamente de alimentos khoser. Ahora, desde la lavandería, veía la imponente fachada de una de las sinagogas de Manhattan por donde entraban muchos judíos neoyorquinos a orar, leer, o simplemente descansar y meditar entonando el “Shema Israel, (escucha Israel...)”.
            Nausica aguardaba en la sala de espera del ambulatorio. Llevaba un día completo sumida en un mar de confusiones; sin embargo, aún le quedaba lo peor: comunicar la casi segura mala noticia a su padre y abuelos, aunque sabía que la apoyarían en todo momento, cubriéndola de besos y abrazos para que sobrellevara la terrible enfermedad.
           Y a George, su prometido desde hacia tres años. ¿Cómo decirle que era portadora del terrible virus? ¿Cómo hacerle participe de una vida y un proyecto trazado en común con aquel terrible estigma? ¿Cómo lo afrontaría? ¿Tal vez huyendo para siempre de ella, que por días se iría convirtiendo en una ruina física?. No quería ni pensar en el  momento en que tuviera que comunicárselo. Pero el tiempo,  inexorable, se convertiría en el más aterrador aliado para transmitir su enfermedad. Adiós al trabajo, adiós a las amistades, adiós a los paseos por la 5ª Avenida, adiós a las sesiones fitness para lograr poco a poco un cuerpo escultural. Adiós, en fin, a la vida que, hasta aquel malhadado día, le había sonreído.
Al pasar a la consulta, Nausica sintió deseos de vomitar. La depresión y el estrés estaban comenzado a dejar huella. Nunca hubiese creído que los nervios la traicionarían de esa manera.
La doctora le tendió la mano y la indicó que se sentara. Por la ventana del aséptico ambulatorio se veía caer lentamente la tarde invernal.
La doctora tomó una carpeta amarilla y extrajo un folio con los resultados analíticos. Nausica se encontraba al borde de un “ataque de nervios.”
—Bueno, veamos —dijo la médica. Se le ha hecho una analítica completa y ya tenemos una conclusión, ¿Está cansada, suda mucho, bebe agua con frecuencia, orina a menudo?
Claro que estaba cansada —pensó Nausica, sentada al borde de la silla, en actitud defensiva—, que sudaba y que bebía abundantemente. ¿Qué quería decir aquella médico?
Ya se había preparado para recibir el temible diagnóstico. Eran los síntomas que desde hacía 24 horas sentía, pero faltaba que los análisis confirmasen lo que ya sospechaba.
—Bien, Nausica Aristhelos: los lípidos, hormonas y linfocitos están dentro de los parámetros normales; así como los niveles de cetonuria. Por tanto, queda descartado cualquier virus de inmunodeficiencia humana. Tiene, sí, una leve diabetes congénita, de toda la vida, que debe cuidar.
Nausica, aficionada a la lectura de Robin Cook y sus aventuras de contaminantes de ántrax, botulismo, peste bubónica, así como conjuras internacionales de guerras bacteriológicas y atentados en masas quedó estupefacta, y, mirando fijamente a la médico, dijo:
—Así que... nada de contagio de AIDS por la maldita punta de bisturí contaminada de sangre...
—¿Sangre? —interrumpió rápidamente la doctora, mirando por encima de la montura de sus gafas. —Hemos analizado la sustancia que manchaba el bisturí, y nada de sangre: simple tinta roja de rotulador. Así que, Nausica, a descansar y mañana, de vuelta a su trabajo. Ah, y por favor, la pequeña herida, destapada y que le dé el aire.
Nausica salió a la calle. Los coches circulaban lentamente en dirección de los puentes y salidas de la isla, despoblando la otrora jungla de Manhattan.
Miró la línea del cielo que se perfilaba al final de Battery Park. Faltaban las torres gemelas. Mañana tendría que madrugar. Y por la tarde, pensó, entraría un momento, por primera vez en mucho tiempo, para completar el minyán (diez personas, como mínimo, para iniciar las lecturas sagradas) en la sinagoga de Eldridge St.
—Gracias, Dios mío, y, como dice una sentencia judeosefardí, “que la salud me pueda”— pensó. Se anudó al cuello la “pasmina” comprada en los rastrillos del Pre-Harlem, resguardándose del viento helado de la noche, y  miró al cielo antes de desaparecer por la boca de la línea verde-cuatro del metro de Nueva York.
“Porque yo, sin ti, no soy nada; qué no daría yo...”, la aterciopelada voz de Amaral salía de los buffles del gigantesco compact de un latin-boy apostado en las escaleras del sub, mientras miraba a Nausica.

                                 FIN



Vienen los júngaros

—¡Que vienen los júngaros! ¡Los júngaros! ¡Que vienen! El Miguel recorría las calles advirtiendo de la noticia que de vez en cuando se exten...