"Un buen 'príncipe' elegirá el momento propicio en que el populacho, la plebe, la masa se encuentre concentrada ensimismada en sus ocios veraniegos, en sus ensoñaciones, mirando embobada sus ombligos; cuando el pueblo esté en estado catatónico, entonces, príncipe, es llegado el momento de derribar con un golpe, los muros de la patria y asaltar los aposentos del Estado. Adentrarse en el salón del trono y sentarse. Cuando el pueblo se dé cuenta, ya será tarde. Pero mi Señor ha de cuidarse y blindar su persona, rodearse de lo más granado y así durar y perdurar en el trono sin otro cuidado que vivir mirando en rededor, principalmente las cortinas donde moran los que te ayuden a perpetrar los actos. Cuidaos, Señor, de los puños y los puñales. Si el Príncipe sigue estas observaciones, el Poder le estará asegurado"
(Una aproximación a Maquiavelo)
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