Pero falta un lema, en mi opinión tan o más importante que estos conceptos clásicos. Me refiero al OPTIMUS, es decir has sido el mejor de todos, el que, a pesar de procurar el citius, el altius y el fortius, tu rival lo ha sido más que tú. Ese adversario que te ha ganado en el pulso personal. Así pues, si has sido OPTIMUS en relación al otro, que tus lágrimas sean de emoción, de alegría. Pero cuando no has sido capaz ni te ha sido posible ser Optimus, al menos guarda esas lágrimas de frustración, de frustración infantiloide. Felicita al ganador con una sonrisa y aprende del verdadero, real y único OPTIMUS, tu rival. Se trata de tú o de él. Y hoy le ha tocado a él subir al podium de la gloria. Enjúgate esas lágrimas traicioneras, aprende y sigue entrenando.
En cuanto a las lesiones, son tan viejas como la misma competición. El mismísimo Filípides, al acabar esos primigenios 42.195 metros de la verdadera maratón griega murió del esfuerzo, pero llegó para anunciar la gran noticia, lo último que hizo.
Lesionarse compitiendo es triste... pero no es el fin. FIN
1 comentario:
O "Melius adversario", mejor que mi contrincante o adversario. Pero que también sería su lema, con lo cual el resultado debería ser justo.
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