ENTREVISTA A Cako Erpardo
«Aprendí español de mi madre»
Siempre me llamó la atención su nombre —Cako— pero sobre todo su apellido —Erpardo—. Lo conocí a través de la Red y sin ser consciente de ello, me sirvió de referencia para mis historias de exilios ancestrales. Fue, si así puede decirse, la inspiración que yo necesitaba para dar credibilidad a mis ensoñaciones de presumible escritor.
No nos conocemos personalmente pero me tomo la familiaridad de presentarlo a todos los amigos de El pincel de bambú.
Antes de comenzar esta amodo de entrevista me hace saber literalmente:
-«Amigo presyoso José, la estorya miya del nasimyento asta oy lelo eskribo en turco pero siyertas palavras NO me acordero en espanol perdoname»
Y a mi siempre me ha parecido retroceder varios siglos en el tiempo y cómo lejos de nuestras fronteras aprecian y recuerdan el hermoso idioma de Castilla llamado español a diferencia de 'traidores' que no solo lo apartan, así como la Historia, sino que tratan de hacerlo repeler a las nuevas generaciones.
Os presento —entre su español y mi turco nos hemos ido entendiendo— a una persona que representa nuestras más profundas raices.
— Cako, me gustaría que te presentaras.
-José, mi querido amigo, nací en Estambul el 13.04.1950.
[Nos llevamos tres meses escasos de diferencia]
—Me gustaría que me dijeras por qué ese apellido y cuál es tu procedencia.
-Mis antepasados escaparon de España en 1492 de la Inquisición y nos abrazaron en el Imperio Otomano, Turquía.
[La memoria, trasmitida quizá oralmente puede dar lugar a confusiones aunque líbreme Dios de inmiscuirme en la intimidad de una familia. No debió ser la Inquisición, sino el Real Edicto de 31 de marzo de 1492 decretando la expulsión de los judíos]
—¿Puedes explicarnos algún detalle más?
-Nos establecimos en Estambul y nos instalamos en Balat y Hasköy a orillas del estuario interior, que está conectado con el mar, puedo decir que esta era una zona de asentamiento judío. Los judíos mandaban mucho en el período otomano, trabajaban en el palacio [del sultán], incluso había médicos. Los otomanos realmente trataban muy bien a los judíos y se dedicaban al comercio.
[No se me pasa desapercibido el uso que hace de la primera persona del plural del pasado; de un pasado lejano pero que sus ancestros legaron, con total seguridad, de generación en generación con el objeto de preservar uno de los mayores y hermosos legados del ser humano: la Memoria]
—¿Nos puedes contar algo de ti, de tu vida en Estambul?
-Nací en Hasköy, viví en Hasköy hasta que tuve cinco años, y luego nos mudamos al barrio de Galata en Estambul. El Galata se convirtió en un asentamiento judío con el tiempo. Había dos sinagogas, Nevesalom y Napolon. Hoy, Neve Şalom todavía está activo y abierto a las oraciones.
—¿Qué te sigue uniendo a España?
-Aprendí español de mi madre. Nací aquí, aprendí turco, comencé la escuela aquí en Estambul, Galata. Escuela primaria y escuela secundaria, mi padre no era rico. Me tuve que buscar la vida y comencé la primera escuela en 1957. Tenía 13 años cuando comencé a trabajar y trabajé con un fabricante textil hasta que me hice soldado. Realicé mi servicio militar en Turquía conduciendo un autobús. —Una curiosidad, ¿eres creyente? ¿judío o musulman?
-En Turquía, mi pais, siempre he tenido amigos turcos. Si lo miras, estudié en escuelas turcas, mi religión era judía, pero también soy turco.
—¿Te has sentido alguna vez discriminado por tu procedencia?
-Nunca he visto ninguna discriminación por parte de mis amigos. Todavía me reúno con ellos una vez a la semana, tomamos té, recordamos nuestros viejos tiempos, es algo muy agradable.
Solo cuando estalló la guerra israelí en 1967 [Guerra de los Seis Días], surgió el antisemitismo en Estambul, pero créeme si te digo que no me importa, el antisemitismo existe en todo el mundo contra los judíos.
—¿Cómo es Turquía, cómo es tu vida?
-Si preguntas cómo vivo en Turquía, vivo bien. Si me preguntas sobre mi vida profesional, te diré que trabajé como camionero, pero me hice socio de mi hermano, fabricante textil; actualmente estoy jubilado.
Tengo un hijo, que vive en Detroit, Michigan, Estados Unidos desde hace diecisiete años, cirujano maxilo-facial y tengo dos nietos, los visito a menudo pero Estados Unidos no es para mí a esta edad.
Mi principal hobby es la moto, me encanta, me mantiene joven, ejercito los reflejos y te la recomiendo, amigo Jose.
—Bueno, Cako, yo no conozco Estambul. Muéstranosla.
-Ahora déjame presentarte un poco de Estambul:
«Estambul harina civdad marraviosa
Mira un barco en el Bósforo, que maravillas verás, sus orillas, casonas históricas, barcos de turismo, Museo Hagia Sophia, Palacio de Topkapi, Palacio de Dolmabahce, es dim palacios, monumentos. No olvidemos las islas, henna burgaz, heybeliada, buyukada. Estoy en los veranos de la isla grande»
¡Hay que visitar Estambul una vez en la vida! me comenta Cako Erpardo sonriendo ampliamente. Siento emoción de conocer un descendiente Erpardo en su 10ª generación mostrando un aún atisbo de raiz que procede de la vieja y añorada Sefarad. Cako Erpardo me ha trasmitido cómo se puede sentir uno orgulloso de su propio pais y de lo que los mayores representan en plantar raices. Gracias Cako, porque los puentes aún no han caido del todo. Un saludo y un tal vez «el año que viene, en Jerusalen». Gracias, amigo mío.
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