Mientras palpite el corazón de un alma judía,
y rumbo al Oriente dirija la mirada.
No estará perdida aún nuestra esperanza,
esa esperanza de dos mil años,
de ser un pueblo libre en nuestra tierra,
la Tierra de Sión y Jerusalem.
y rumbo al Oriente dirija la mirada.
No estará perdida aún nuestra esperanza,
esa esperanza de dos mil años,
de ser un pueblo libre en nuestra tierra,
la Tierra de Sión y Jerusalem.
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