En la imagen superior, hace un par de días, desde mi solitario puesto de trabajo, uno de los pocos placeres laborales que me puedo permitir: asistir a los primeros rayos, al surgir, de sol; y la luna de testigo en su salida.En la central, los reflejos del sol en su cenit se dibujan en las aguas de la marisma.

En la foto de abajo, la bajamar en el atardecer del mismo dia, al ocaso, en mi paraiso... Marismas del Odiel... y nadie responde a mi invitación.
Fotos:
Jose A. Bejarano con su teléfono celular Nokia 677301796






